El Vaticano publica el Segundo Informe Anual de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores

Arzobispo Thibault Verny, Francia, Arzobispo de Chambéry, obispo de Maurienne y Tarentaise, Presidente de la Comisión.

Redacción Exposición Mediática.- El Vaticano presentó este jueves el Segundo Informe Anual de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, un documento que vuelve a colocar sobre la mesa uno de los temas más sensibles de la Iglesia: la gestión de los abusos y la reparación a las víctimas.

Más allá de los datos y las políticas, el texto se erige como un gesto de apertura institucional y una exigencia ética en la relación entre memoria, poder y responsabilidad.

El informe analiza las políticas implementadas en las diócesis del mundo, revisa los mecanismos de la Curia Romana y amplía la voz de las víctimas con más de cuarenta testimonios incorporados.

También introduce un vademécum operativo que servirá de guía práctica para comunidades eclesiales que busquen fortalecer sus protocolos de prevención y acompañamiento.

Entre los hallazgos más significativos, la Comisión advierte el bajo número de denuncias reportadas en diversas regiones, lo que evidencia que aún existen resistencias y silencios estructurales.

El texto también señala que solo se documentan dos casos de obispos acusados de encubrimiento, una cifra considerada insuficiente frente a la magnitud del fenómeno. Asimismo, se critica la lentitud de los procesos internos y la falta de mecanismos uniformes de transparencia.

El documento reitera que la reparación debe ser integral, combinando justicia canónica, apoyo psicológico, acompañamiento pastoral y transparencia total en los procesos.

La Comisión enfatiza que el perdón sin responsabilidad carece de legitimidad y que el compromiso institucional debe traducirse en acciones visibles y verificables.

El informe coincide con el relevo en la presidencia de la Comisión: Thibault Verny asumió en julio de 2025 la dirección del organismo, sucediendo al cardenal Seán O’Malley, quien encabezó la entidad desde su creación en 2014.

Verny ha prometido avanzar hacia una política universal de salvaguardia y consolidar el informe como una herramienta de transformación y no como un mero ejercicio administrativo.

Para muchos observadores, este segundo informe representa una oportunidad decisiva: una Iglesia que no tema mirarse al espejo de su historia y asumir la reparación como prueba de autenticidad moral.

Porque la credibilidad, como bien recuerda el documento, no se predica: se demuestra.

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