Por Antonio Corcino
Sin bienestar comunitario no hay sostenibilidad turística. Si el turismo sostenible racionaliza el uso de los recursos, conserva y protege el entorno, fortalece la economía y genera bienestar, entonces se convierte en una verdadera fuente de renta de manera responsable.
La promoción de este modelo está sustentada en los valores que proyecta: armonizar la rentabilidad con la responsabilidad. Asociar la conciencia ambiental, el beneficio social y la gestión responsable como pilares del desarrollo turístico.
La demanda de experiencias turísticas que combinen respeto por el medioambiente, inclusión comunitaria y autenticidad cultural proyecta un crecimiento sostenible. Sin embargo, más que una tendencia ética o de segmento, el turismo sostenible se consolida como un sector con alto potencial económico.
Según estimaciones de Business Research Insights y GlobeNewswire, el mercado global del turismo sostenible muestra un crecimiento progresivo y sostenido. En 2023, su valor rondaba los US$ 2,9 billones, con proyecciones que indican que podría alcanzar cerca de US$ 5,7 billones para 2028, lo que equivale a una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) de entre 15 % y 19 %.
Estas cifras evidencian que ha dejado de ser una aspiración ética o de nicho para consolidarse como un sector estratégico de alta rentabilidad e inversión global.
Conservación ambiental como base
El turismo sostenible parte del uso racional de los recursos naturales, el cuidado de la biodiversidad y la gestión adecuada de sus residuos. Son las razones que no solo reducen los impactos negativos, sino que aseguran la continuidad de los destinos turísticos.
La Altagracia avanza en el uso de energías renovables. Por ejemplo, el Grupo Puntacana desarrolla un proyecto de energía sostenible que permitirá alcanzar un 70 % de abastecimiento renovable, reducir costos, impulsar el turismo verde y consolidar al país como referente en sostenibilidad. Al igual que otros proyectos que migran hacia energías limpias y programas de reforestación, demostrando de esta manera que el respeto ambiental puede ir de la mano con la eficiencia operativa.
RD avanza hacia un modelo turístico sostenible, inclusivo y resiliente con alianzas estratégicas
Sin participación ni inclusión, no hay sostenibilidad posible. La incorporación de este modelo supone que es para promover el respeto por la vida local, la equidad y la identidad comunitaria.
En esa actitud encontramos en la Región Este. Estas muestras de alianzas entre hoteles y comunidades como la artesanía y los productos locales (La Otra Banda y Verón-Punta Cana), y por ende empleos dignos. Crean relaciones auténticas entre anfitriones y visitantes. Clara expresión de un turismo que se convierte en un motor de cohesión social.
Muestra de este avance lo constituye el hecho de que el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Asociación de Hoteles y Turismo de la República Dominicana (Asonahores), quienes ya han firmado un Memorando de Entendimiento.
Firmaron para marcar un hito en la transformación del turismo nacional. Una alianza que pretende impulsar un enfoque integral que priorice la sostenibilidad, la inclusión y la resiliencia, mediante acciones concretas.
La gestión responsable de residuos, el uso eficiente del agua, la energía limpia, la promoción de empleos dignos y la igualdad de género son parte de los compromisos asumidos.
También fomenta la accesibilidad y la certificación inclusiva, al tiempo que abre oportunidades para mercados emergentes como el turismo de personas mayores y personas con discapacidad.
Otro ejemplo positivo fue el que recientemente, la ONU Turismo y la Asociación Dominicana de Prensa Turística (Adompretur) realizaron un diálogo donde se presentó la Estrategia Nacional de Turismo Sostenible 2036. Un encuentro para poner en perspectiva el plan hacia metas claras.
Diversificar la oferta turística. La necesidad de empoderar a las comunidades locales, enfrentar el cambio climático y elevar la calidad de sus vidas. Alinearon acciones que de alguna forma buscan consolidar el compromiso del país con un turismo competitivo, responsable y en sintonía con los desafíos globales del siglo XXI.
RD: Impulsa el crecimiento, protección y bienestar
Para alcanzar la sostenibilidad se requieren políticas públicas decididas. Estrategias coherentes que respondan a parámetros de educación ambiental y evaluación constante. No basta con discursos verdes: se necesita planificación, regulación y cooperación entre el sector público, privado y el comunitario.
En ese sentido, la estrategia dominicana al 2036 podría constituir un ejemplo de cómo se puede articular una hoja de ruta que combine crecimiento económico, protección ambiental y bienestar social.
En esa voluntad, el Congreso dominicano, la ONU-Turismo en comunión con el Ministerio de Turismo, impulsan la Estrategia Nacional de Turismo Sostenible en RD. Reina la determinación de enfilar expectativas, atraer inversiones, resguardar el medioambiente y preservar la cultura local. Prevalece el diálogo estratégico mediante 57 medidas concretas enfocadas en innovación, eficiencia energética, desarrollo local y sostenibilidad. Un plan integral guiado en una visión inclusiva y diversificada. Fortalecer las capacidades institucionales y reforzar alianzas público-privadas.
El contexto del crecimiento
Tras la pandemia, los turistas ahora buscan experiencias auténticas, más humanas y responsables. El turismo sostenible ya no solo responde a una exigencia ética, sino también a una oportunidad económica.
Destinos como Costa Rica e Islandia son pruebas de racionalidad; defender y preservar la naturaleza puede ser rentable y distinguirse como país diferenciador en el competitivo mercado global.
Los desafíos pendientes
Ahora bien, este modelo enfrenta retos: sobreturismo, desigualdad en los beneficios, falta de medición real y vulnerabilidad ante el cambio climático. El camino para ser sostenible implica transparencia, adaptación y compromiso. La clave está en evitar el “turismo verde superficial” y, de algún modo, ser garante de que los frutos del crecimiento lleguen realmente a las comunidades locales adecuada y oportunamente.
Hacia un modelo dominicano sostenible
El turismo sostenible no es una moda, sino el futuro del sector. Significa un uso mesurado de los recursos. Preservar y cuidar a las personas y a los lugares donde se viaja. Integrar la conciencia ambiental con la rentabilidad y construir destinos resilientes.
Equilibrar la rentabilidad con la responsabilidad. En esa convergencia entre conciencia y beneficio. El turismo dominicano está comprometido a mejor aprovechar esta oportunidad, a una transformación profunda: convertir la sostenibilidad y el bienestar de las zonas receptivas de turismo en marcas de identidad turística ante el mundo.
Más de 250 actores están involucrados en esta estrategia nacional. Actúan para que el turismo dominicano evolucione hacia una actividad más participativa, inclusiva y competitiva. Sus acciones deben reflejar una creciente capacidad para capitalizar el potencial del turismo sostenible, no solo como moda, sino por los beneficios que están asociados.
Dar los pasos para que seamos un referente caribeño en esta estrategia. Y en consecuencia, lograr mantener el equilibrio entre el crecimiento económico y salvaguardar el entorno.
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