Resumen Ejecutivo: Un País en la Encrucijada Política y Social.
Por Manuel Castillo
La República Dominicana se encamina hacia las elecciones presidenciales de 2028 con una ciudadanía más exigente, un panorama político más competitivo, y una serie de desafíos estructurales que exigirán una clase dirigente con visión, firmeza y legitimidad. Desde la inseguridad ciudadana hasta la relación compleja con Haití, pasando por una economía que busca diversificarse en medio de un contexto global incierto, el próximo período presidencial (2028-2032) será determinante para definir si el país fortalece su institucionalidad o cae en ciclos repetitivos de improvisación y clientelismo político.
Evolución de los Partidos Políticos: ¿Cambio Real o Reciclaje de Liderazgos?
Tres fuerzas dominan el espectro político dominicano con claras diferencias en su evolución reciente:
1. Partido Revolucionario Moderno (PRM): Actualmente en el poder, el PRM ha logrado consolidar un discurso reformista pero ha sido duramente cuestionado por el aumento de la delincuencia, la persistencia de prácticas clientelistas y la lentitud en la implementación de reformas estructurales. Su éxito en 2028 dependerá de su capacidad para renovar liderazgos y presentar propuestas concretas en materia de seguridad y transparencia.
2. Partido de la Liberación Dominicana (PLD): Tras sus escándalos de corrupción en gobiernos pasados, el PLD lucha por recuperar legitimidad. Su estrategia parece centrarse en rejuvenecer sus cuadros medios y promover una agenda de equidad social y desarrollo productivo. Sin embargo, enfrenta resistencias internas y un electorado joven que desconfía de su pasado reciente.
3. Fuerza del Pueblo (FP): El partido liderado por Leonel Fernández se presenta como una tercera vía, prometiendo estabilidad, experiencia y reformas graduales. Su base electoral se ha ampliado, especialmente entre sectores conservadores y empresariales, pero enfrenta el reto de conectar con los votantes jóvenes que exigen una transformación más profunda del sistema político.
Candidatos Presidenciales Potenciales: Liderazgos a Prueba
Aunque aún no hay candidaturas oficiales, se perfilan figuras clave:
Carolina Mejía (PRM): Alcaldesa del Distrito Nacional, con perfil tecnocrático y popularidad entre sectores urbanos. Podría representar una continuidad reformista con rostro nuevo.
Abel Martínez (PLD):Exalcalde de Santiago, enfocado en orden y desarrollo urbano. Podría atraer votantes preocupados por la seguridad, aunque arrastra el peso del pasado del PLD.
Leonel Fernández (FP): Su experiencia internacional y retórica institucional le otorgan ventaja entre votantes mayores, pero enfrenta resistencia entre quienes asocian su figura con prácticas tradicionales del poder, después de obtener 30% en el 2024 se perfila como favorito a ganar la presidencia del 2028.
Candidatos emergentes e independientes: Se vislumbra el surgimiento de nuevos liderazgos apoyados en redes sociales, movimientos ciudadanos y sectores empresariales que exigen una nueva forma de hacer política.
Temas Clave: Seguridad, Haití, Corrupción y Futuro Económico
1. Seguridad y Delincuencia:
El aumento del crimen organizado, las bandas barriales y los robos callejeros son prioridad para los votantes. El próximo gobierno deberá implementar una política integral de seguridad ciudadana que combine prevención, inteligencia policial y justicia efectiva. Las propuestas de militarización sin resultados sostenibles están perdiendo credibilidad.
2. Haití y la Frontera:
La relación con Haití marcará profundamente la campaña. La construcción del canal en el río Masacre, la presión migratoria y la crisis institucional haitiana han agudizado el nacionalismo dominicano. Los candidatos deberán presentar estrategias claras: ¿cómo garantizar seguridad en la frontera, controlar flujos migratorios y promover cooperación internacional sin fomentar xenofobia ni dañar la imagen exterior del país?
3. Corrupción y Fortalecimiento Institucional:
La ciudadanía exige resultados concretos en la lucha contra la corrupción. El Ministerio Público independiente, la transparencia en compras públicas y la auditoría de obras de infraestructura serán puntos clave. La tolerancia hacia los pactos políticos que protegen a corruptos está en mínimos históricos.
4. Economía y Transformación Digital:
El país necesita diversificar su economía más allá del turismo y las remesas. La digitalización del Estado, el impulso a las energías renovables, la industria tecnológica y una reforma educativa adaptada al siglo XXI serán temas ineludibles. La inversión en ciencia e innovación es vista como una vía para reducir desigualdades y evitar el estancamiento económico.
5. Cambio Climático e Infraestructura:
Las tormentas, sequías y vulnerabilidad del país ante desastres naturales hacen urgente una agenda de adaptación climática. Las propuestas sobre obras hidráulicas, transporte público sostenible y urbanismo resiliente influirán en el voto de las regiones más expuestas.
Tendencias Electorales y Nueva Demografía del Voto
La demografía está cambiando: el 50% del electorado en 2028 será menor de 40 años, y gran parte de estos votantes están altamente conectados, informados y desilusionados con los partidos tradicionales. Las redes sociales, plataformas digitales y el discurso de impacto emocional jugarán un rol crucial.
Además, el voto urbano, femenino y joven tendrá un peso decisivo. La diáspora dominicana, especialmente en EE. UU. y Europa, se perfila como un actor clave con capacidad de influir en el debate nacional a través de remesas y presión sobre temas como derechos humanos y democracia.
Una Elección de Punto de Inflexión
Las elecciones de 2028 no serán solo una competencia entre partidos, sino una elección entre dos modelos de país: uno que siga reproduciendo las viejas prácticas del caudillismo político, y otro que apueste por institucionalidad, equidad y modernización.
La ciudadanía tendrá la última palabra. Pero esa palabra será más poderosa si se basa en información, análisis crítico y participación activa. El futuro de la República Dominicana, su capacidad para enfrentar los desafíos internos y su papel en el Caribe, dependerá de las decisiones que comiencen a gestarse ahora.