Por Servio Pérez
Contexto: Ataques de Hamás a Israel del 7 de octubre
Los ataques del 7 de octubre de 2023 contra Israel, como son conocidos internacionalmente y denominados así por medios de comunicación, organizaciones internacionales y gobiernos, denominados Operación Inundación de Al-Aqsa por los palestinos, fueron una serie de ataques coordinados realizados por Hamás desde la Franja de Gaza en zonas fronterizas con Israel. Los ataques, que comenzaron el 7 de octubre de 2023 y se alargaron durante dos días, supusieron el inicio de la guerra de Gaza y del genocidio palestino en Gaza que llegan hasta la actualidad.
El ataque sorpresa comenzó temprano en la mañana con una andanada de al menos 5000 cohetes contra Israel y con varias oleadas de incursiones hacia su territorio.
Los milicianos palestinos traspasaron la barrera Gaza-Israel, atacaron y capturaron bases militares y masacraron a civiles en las comunidades israelíes vecinas, principalmente kibutzim, así como en un festival de música. Los milicianos también tomaron como rehenes tanto a soldados como a civiles, incluidos mujeres y niños, a los que trasladaron a la Franja de Gaza.
El ataque supuso para Israel la muerte de 1195 personas (766 civiles, de los que 36 eran menores, y 373 militares) y la captura de 251 más, que fueron llevadas a la Franja de Gaza. Al menos 14 de los civiles fallecidos fueron víctimas del propio ejército israelí en cumplimiento de la Directiva Aníbal.
Fue la primera y única vez en la historia que Israel perdió el control de parte de su territorio durante un periodo prolongado de tiempo. Uno de los ataques llevados a cabo, el del festival de música Nova, fue el más mortífero de la historia de Israel.
Este día fue descrito por el expresidente estadounidense Joe Biden como la «peor masacre de judíos en un solo día desde el Holocausto».
Mi analisis:
El devenir histórico del pueblo judío está intrínsecamente ligado a narrativas de sufrimiento y resiliencia. Un análisis objetivo y racional de la situación actual en el Medio Oriente debe contextualizar los eventos recientes a la luz de esta historia milenaria.
Es un hecho ineludible que la memoria histórica colectiva incluye períodos de profunda adversidad para el pueblo israelí, destacando la persecución y el Holocausto perpetrado por el régimen nazi, un genocidio que resultó en la eliminación sistemática de más de seis millones de judíos.
En un contexto más inmediato, el ataque ejecutado por Hamás el 7 de octubre de 2023 contra territorio israelí constituye un punto de inflexión. Este ataque, dada su naturaleza y escala, representa una agresión directa que repercute en la lógica de la respuesta subsiguiente de Israel.
Surge una pregunta central y de profundo calado geopolítico: ¿Cuál es la justificación para la persistencia de una organización beligerante como Hamás en un territorio, Palestina, que mantiene lazos históricos y geográficos con Israel? La premisa de la paz y la convivencia se ve fundamentalmente comprometida cuando una entidad territorial permite que un grupo armado, calificado por Israel como terrorista, utilice su suelo como plataforma para lanzar ataques contra una nación vecina.
La naturaleza del ataque del 7 de octubre de 2023, caracterizado por el factor sorpresa y la premeditación, establece un claro casus belli. En términos de respuesta estatal y supervivencia, un ataque a traición de tal magnitud no puede razonablemente esperar una pasividad o una rendición.
La doctrina de defensa se orienta, inevitablemente, a la erradicación de la amenaza en su origen. Mientras la infraestructura operativa y de mando de Hamás permanezca asentada en la Franja de Gaza —territorio bajo control político palestino— el ciclo de violencia se perpetúa.
Desde una perspectiva puramente racional y de seguridad nacional, la acción militar de Israel se enfoca en la erradicación de la cúpula y los acólitos de Hamás, no primariamente en la población palestina civil. La ubicación de estos objetivos dentro de un territorio específico dicta ineludiblemente el teatro de operaciones.
Si Hamás se refugia y opera en suelo palestino, la búsqueda y neutralización de esta amenaza se concentrará necesariamente en dicho espacio. La aceptación de la presencia de Hamás por parte de la autoridad palestina, al no retirarlos de su territorio, coloca a dicha área en una posición de ser el foco de la respuesta militar israelí.
La pregunta clave para la resolución del conflicto radica en la voluntad política de Palestina: ¿Por qué las autoridades palestinas no proceden a desmantelar y expulsar a Hamás de su Patria?. Esta acción se presenta como un paso fundamental e indispensable para el cese de la beligerancia y el restablecimiento de la paz.
Si Palestina genuinamente rechaza la guerra, la entrega o la expulsión de la organización Hamás de su territorio sería la acción más contundente para demostrar su compromiso con una solución pacífica y duradera.
Este análisis busca exponer de forma racional la lógica que sustenta la continuidad de la operación israelí, enfocándose en la causa raíz del conflicto desde el 7 de octubre: la presencia y la acción ofensiva de Hamás desde suelo palestino.
Ver el conflicto desde esta óptica ayuda a una comprensión más objetiva de las motivaciones de las partes involucradas.