Por Rolando Hernández

Desde mucho antes de llegar al poder, el presidente Donald Trump se comprometió que de llegar a la Casa Blanca continuaría con una política de reducción de impuestos y el gasto público del gobierno.

Efectivamente así lo ha hecho con la aprobación reciente de la ley fiscal. El mega proyecto de ley fiscal (reforma) denominado como “Big Beautiful Bill” (La gran hermosa ley) no solo incluye reducción de impuestos, sino recortes a la seguridad social en las áreas de la salud, alimentación, viviendas y facilidades impositivas a los millonarios y multimillonarios.

Los recortes que ascienden a más de tres billones de dólares afectarán de manera directa al seguro de salud estatal conocido como el Medicaid y al programa de subsidio de los alimentos, conocido en inglés como Snap.

La reducción a los recursos económicos a la salud se prevé de acuerdos a los expertos que unos catorce millones de personas, en particular los hispanos perderán su seguro de salud. Las proyecciones son que una vez entrada en vigor de la nueva ley fiscal millones de personas serán afectadas por la nueva legislación en lo relacionado al alcance a la seguridad social en los programas que incluyen desde el cuidado de los niños a temprana edad, actividades después de las escuelas hasta la violencia doméstica.

La legislación también establece la no inclusión de los incentivos a la compra de los vehículos eléctricos y el pago del uno por ciento para el envió de las remesas en efectivos a otras naciones del mundo. Las transacciones electrónicas no tendrán que pagar el impuesto.

Es más naciones como México se ha comprometido en asumir el costo de los envíos mientras que el gobierno de la República Dominicana favorece que sean las compañías de envíos de valores (remesadoras) las que asuman el pago del impuesto a las remesas.

Ambas posiciones serían las más razonables debido a que defenderían los intereses de los inmigrantes
Además, la legislación establece el no pago de impuestos a las propinas, a las horas extras trabajo, recortes a rentas elevadas (salarios), eliminación de incentivos a energías verdes, mayor presupuesto militar y para las deportaciones.

Sin embargo, la ley fiscal que fue aprobada en el Senado con una votación de 51 de los republicanos a favor y 50 de los demócratas en contra y en la Cámara de Representantes (diputados) con 218 republicanos que eligieron el sí y 214 de los demócratas que se expresaron con un no a opinión de los economistas tiene previsto elevar en más de tres billones de dólares el déficit en el gobierno y una reducción del Producto Interno Bruto (PIB) en 2.8 billones en los próximos diez años.

Para la administración Trump que por el momento celebra la aprobación de la ley fiscal que impone los mayores recortes a la asistencia social en los últimos cincuenta años y que favorece a los sectores (empresas y millonarios) con los mayores recortes fiscales, en realidad marca el inicio de una batalla política cuyos efectos se apreciarán en las urnas de votación con miras a las elecciones de la Cámara de Representantes del próximo año. Lo que el gobierno de Trump considera como una gran victoria se puede convertir cuando menos lo espere en una humillante de derrota que vendrá de los votantes en los venideros comicios. Por el momento, es hora de esperar.

El autor es un periodista, educador y escritor dominicano que reside en el Estado de Nueva Jersey. Puede ser contactado en rhernandez5@hotmail.com

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