Por Servio Pérez
¡Hermanos y hermanas de la República Dominicana!
Hoy nos enfrentamos a una verdad incómoda, pero vital para el futuro de nuestra amada Patria. El sistema político que nos rige, el Sistema Político Representativo, ese mismo que nos ha llevado a donde estamos, esconde un peligro inminente, una amenaza que podría costarnos lo más preciado: nuestra soberanía nacional.
Imaginen este escenario, que no es fantasía, sino una posibilidad tangible: en alguna de las próximas elecciones, un ciudadano con sangre haitiana, un dominico-haitiano, alcanza el Poder Ejecutivo en la República Dominicana.
¿Qué ocurriría entonces?
No solo nos enfrentaríamos a la realidad de tener a alguien con profundas raíces en Haití al frente de nuestro destino. Es en ese momento cuando se desataría una presión coordinada e insostenible. Francia, Inglaterra, Canadá, Estados Unidos, Haití mismo, Amnistía Internacional y más de 50 ONGs, se unirían en un coro ensordecedor. A ellos se sumaría un Poder Fáctico Empresarial y Económico dominicano ya permeado por intereses y empresarios haitianos.
Al unísono, proclamarían: «¡El presidente ganador de las elecciones en República Dominicana tiene sangre haitiana, y por tanto, es un haitiano gobernando a los dominicanos!»
Bajo esa presión internacional y nacional, no habrá manera de defender nuestra Patria Grande. Las voces se apagarán, las fronteras se desdibujarán, y terminaremos fusionados, perdiendo nuestra soberanía nacional para siempre. Este no es un escenario apocalíptico de ciencia ficción; es una posibilidad real dictada por la lógica de un sistema que permite que cualquiera llegue al poder.
La Lección de la Historia: El Caso Hitler
Para entender la magnitud de este riesgo, miremos a la historia reciente: Adolf Hitler ni siquiera era alemán. Sin embargo, gracias al sistema de Representación de su época, no solo ascendió al poder en Alemania, sino que desde esa posición de liderazgo, desató una guerra que devastó Europa y afectó a casi todos los continentes:
Europa: El epicentro de la devastación, con batallas y ocupaciones en cada rincón.
Asia: Las consecuencias de la expansión japonesa y los conflictos en el Pacífico.
África: Importantes campañas militares en el norte.
América: Países como Estados Unidos, Canadá y Brasil participaron activamente, enviando tropas y recursos.
Oceanía: Australia y Nueva Zelanda también fueron parte activa de la contienda.
El único continente que no fue escenario de combate a gran escala fue la Antártida.
Y todo esto, hermanos, gracias a la Representación. Si ustedes creen en Dios, si tienen fe en un orden divino y justo, la Representación no puede ser nuestro Sistema Político. Permite que hombres y mujeres, independientemente de su origen o intención, tomen las riendas del destino de una nación, sin un contrapeso directo y constante del pueblo.
Nuestra Única Salvación: La Participación Directa
¿Qué es participación directa?
La participación directa se refiere a la forma de democracia en la que los ciudadanos toman decisiones políticas sin intermediarios, como representantes electos, a través de mecanismos como referendos, iniciativas populares o asambleas populares.
En contraste con la democracia representativa, donde los ciudadanos eligen a representantes para tomar decisiones en su nombre, la participación directa permite a los ciudadanos involucrarse activamente en la toma de decisiones políticas.
Mecanismos de participación directa
•Referéndum:
Una votación directa de los ciudadanos sobre una propuesta o ley específica.
•Iniciativa popular:
Permite a los ciudadanos proponer leyes o reformas constitucionales que luego son sometidas a votación.
Revocatoria del mandato:
Permite a los ciudadanos destituir a un funcionario electo antes de que termine su mandato.
•Asambleas populares:
Reuniones de ciudadanos donde se discuten y toman decisiones sobre asuntos públicos.
Ventajas de la participación directa
•Mayor legitimidad:
Las decisiones tomadas con la participación directa de los ciudadanos suelen tener mayor legitimidad.
•Mayor rendición de cuentas:
Los representantes electos son más propensos a rendir cuentas a los ciudadanos cuando saben que pueden ser removidos o que sus decisiones pueden ser revocadas por el pueblo.
•Mayor compromiso ciudadano:
La participación directa puede fomentar un mayor interés y compromiso de los ciudadanos con la política.
•Mayor transparencia:
La participación directa puede aumentar la transparencia en la toma de decisiones políticas
El peligro está aquí, es real y acecha. La única salida, el único camino para asegurar la supervivencia y la libertad de la República Dominicana, es la Participación Directa.
Es hora de que el poder regrese a las manos de cada ciudadano, donde le corresponde. Solo la Democracia Pura puede blindar nuestra soberanía.