Por Marcos José Núñez

El presidente de los Estados Unidos de América, Donald John Trump anunció al mediodía del viernes 19 de septiembre del 2025, haber tenido una amigable y productiva conversación con su homólogo, el presidente de la República Popular China, Xi Jinping.

Trump, de 79 años y quien se encuentra en lo que sería el último de sus dos mandatos presidenciales, está haciendo denodados esfuerzos por conseguir una paz duradera en los principales puntos de enfrentamiento indirecto entre potencias que hay ahora mismo en el planeta.

Al mismo tiempo, desea recomponer la imagen de los Estados Unidos en el mundo, creando escenarios para de manera gradual e inteligente, lograr que su país que luce en un franco declive en términos de imagen internacional, crecimiento de la economía y liderazgo geopolítico pueda relanzarse de cara al futuro.

Una preocupación de parte de la clase política norteamericana ha sido el indetenible avance de China continental en la arena internacional. En los gobiernos del Partido Demócrata en lo que va de siglo, no hubo enfrentamientos directos con China Comunista, pero sí hubo un ambiente de tensión más o menos continua.

No obstante, con la llegada al poder del presidente Trump, la situación cambió un poco y se produjo el primer enfrentamiento directo entre China y Estados Unidos desde la guerra de Corea, cuando el gobierno estadounidense decidió que se iniciaría una guerra comercial con el gigante asiático para hacer que de un modo u otro exista un comercio más justo entre ambos.

Las relaciones más o menos cordiales en términos diplomáticos con China comenzaron a tensarse cuando ascendió al poder el sector maoísta más radical del Partido Comunista chino en la persona del presidente Xi. De 72 años de edad, Xi Jinping es un dirigente que viene escalando desde muy joven y ascendiendo en las bases de su partido hasta alcanzar la posición más cimera, llevando consigo un profundo conocimiento de la sociedad china, esto es, sus fortalezas y debilidades.

En ese tenor y a diferencia de la moderación de sus predecesores, con el presidente Xi Jinping, China ha iniciado un proceso de aislacionismo selectivo de la influencia de occidente en su cultura y su política mientras que da un nuevo impulso a las relaciones comerciales y económicas con el mundo exterior, sobre todo con los países emergentes del sur global como el bloque BRICS y el relanzamiento inteligente de la nueva ruta de la seda.

A eso hay que agregar que el libre comercio que tanto impulsó y enarboló el Reino Unido primero y luego los Estados Unidos, se ha convertido en la gran ventaja que ha favorecido el crecimiento económico de los chinos frente a un occidente que luce anquilosado y sin nada que ofrecer a sus socios, tanto los antiguos como con los que pudieran ser los nuevos.

También la red social de mayor crecimiento y expansión del mundo ahora mismo, Tik Tok, cuya empresa es de capital netamente chino, ha puesto en apuro a todo Silicon Valley (toda la industria tecnológica y de redes sociales) y ha causado mucha preocupación en Washington desde hace varios años, por la gran penetración que la misma tiene en la sociedad norteamericana, debido al acceso a datos personales e industriales que podría dar esta aplicación a China por medio de tácticas de espionaje tecnológico muy sofisticadas.

Como principal competidor en influencia planetaria de Washington, Pekin procura un desplazamiento pacifico de los Estados Unidos pero de manera gradual pero por vía de relaciones diplomáticas y comerciales ventajosas para países que han sufrido el pisoteo y saboteo por parte de la bota imperial norteamericana, causando distanciamientos e inconformidades con este último.

En la Casa Blanca están consciente de ello y es por eso que se ha producido este acercamiento por vía telefónica entre los dos gigantes del planeta para buscar vías de avenencia para competir individualmente en mejores términos en vez de tener enfrentamientos bélicos directos que con los avisos de recesión y reducción del PIB global, podría ser altamente peligroso para la precaria paz mundial y la supervivencia misma de la raza humana.

Es por ello que el presidente Trump anunció con optimismo que ambos mandatarios luego de su conversación acordaron que se reunirán para distender las relaciones en la próxima cumbre de APEC en Corea del Sur, luego el presidente Trump hará una visita de Estado a Pekin y posteriormente en un momento oportuno, el presidente Xi Jinping, realizará también una visita correspondiente a Washington.

Avanzaron bastante en la conversación telefónica sobre temas neurálgicos para ambos países como es el caso del narcotráfico, específicamente el trasiego de Fentanilo, la búsqueda de un entendimiento para detener la guerra de Rusia y Ucrania, así como empezar a buscar soluciones para la disputa comercial que aún se mantiene entre ambos países.

También el jefe de Estado chino habría dado su aprobación a un acuerdo que estaba pendiente, mediante el cual la empresa matriz de Tik Tok venderá parte de su capital accionario a intereses privados norteamericanos de manera que pueda tener acceso en igualdad de condiciones que el gigante asiático a dicha aplicación y al volumen de datos que la misma representa.

No hay dudas de que el presidente Donald Trump está trabajando a paso redoblado para lograr un verdadero ambiente de paz internacional duradera y que de lograrlo, tendría el carril de adentro para conseguir su añorado y anhelado premio Nobel de la Paz.

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