Por Adolfo Nuñez
Por definición, el silencio es la ausencia total del sonido. También significa abstención de hablar, en el ámbito de la comunicación humana.
No obstante, que no haya sonido alguno no siempre quiere decir que no haya comunicación. El silencio ayuda en pausas reflexivas que sirven para tener más claridad de los actos.
Algunos de los beneficios que nos ofrece, nos regala el silencio:
•Tranquiliza la mente.
•Cambia la irritabilidad por paz mental.
•Es un gran aliado para la paz espiritual y emocional.
•Es uno de los mejores remedios para el dolor de cabeza y migrañas.
•Promueve la atención plena.
•Controla la tensión mientras ayuda a encontrarse con uno mismo.
•Nos permite enfocarnos en nosotros mismos, en nuestro interior.
A pesar de todos sus beneficios, el silencio ya no existe, ha sido sobrepasado por el escándalo y el ruido de una pantalla o bocina: Un celular, tableta, computadora, televisor, radio, internet o medios sociales (que de sociales no tienen nada). Estamos tan acostumbrados al ruido que aun cuando tenemos la oportunidad de estar a solas, tranquilos y en silencio, elegimos interrumpir esa tranquilidad con el sonido de algo, incluyendo los famosos audífonos.
Cada día nos regala 24 horas; esas horas, ese tiempo no interfiere con nosotros, nosotros interferimos con ellas y las ocupamos; creando nuestro propio horario, nuestra propia agenda. En muchos casos, llenamos nuestro horario y agenda con todo tipo de ruidos habidos y por haber. La sociedad en la que hoy vivimos no tiene ni hace tiempo para el silencio.
Horario y agenda que se hacen dueños de nuestro tiempo, nuestros días y nuestras vidas; en ves de nosotros mismos ser dueños de ellos; al fin y al cabo somos sus creadores. En vez de hacernos dueños de nuestro propio horario, nos hacemos esclavos del mismo y a través del tiempo, en el proceso creamos un sinnúmero de malos hábitos. No hacemos ni dedicamos tiempo para nosotros mismos, no somos una tarea en nuestra propia agenda.
Algunos no sabrían qué hacer con el silencio que podemos crear dentro de esas 24 horas; se pierden y se ahogan dentro de una o dos horas de silencio.
¡Ay de muchos si de repente nos vemos sin electricidad y sin acceso al internet o un celular!
Es interesante que la era de mayor ruido, la era de mayor comunicación, de mayor conectividad cibernética sea al mismo tiempo, la de mayor nivel de ansiedad y estrés en la historia de la humanidad; especialmente durante la etapa de la adolescencia y la juventud.
Aunque te parezca raro, aunque te haga sentir incómodo, aunque te encuentres perdido; por tan solo un ratico, apaga todo el ruido que te rodea.
Regálate hoy un ratico de silencio absoluto. ¡Te lo mereces! ¡Te lo debes a ti mismo! Y así, al mismo tiempo le regalas al silencio la oportunidad de enseñarte que te tienes a ti mismo, que puedes contar conmigo mismo.