Por Pbro. Felipe de Jesús Colón Padilla

El pasado lunes 12 de mayo, en Bayaguana, la Conferencia del Episcopado Dominicano, convocó a los sacerdotes para celebrar el Día Jubilar Sacerdotal, con motivo del Año Jubilar de la Esperanza. Iniciamos en el Antiguo Santuario del Santo Cristo de los Milagros, y que caminamos en peregrinación hacia el nuevo y moderno Santuario del Santo Cristo de los Milagros. Vivir la experiencia de peregrinos es recordar al pueblo de Israel que caminaba desde Egipto, allí eran esclavos hasta llegar a la Tierra Prometida, Canaán, ahora libres. Fue saludable sentirse peregrinos de esperanza. Además, fue un signo para esa comunidad que contemplo unos 500 sacerdotes caminar hacia el nuevo santuario.

Al llegar al santuario, pasamos a escuchar una charla impartida por el padre Francisco Jiménez (Qualo), que sirvió de reflexión para entender que es peregrinar y caminar en esperanza.

Consideraba el padre Jiménez, que hay tres actitudes fundamentales para ser apóstol de la fe y de la esperanza ante los desafíos del mundo actual:

Primero, aprender a descubrir la presencia de Dios en las realidades actuales del mundo, y para ello Vivir en un constante ejercicio de desvelar el misterio, prender a leer e interpretar los signos de los tiempos, es decir eventos y tendencias en la historia humana y el mundo actual, descifrando en ellos la voluntad y el propósito de Dios. Para eso es importante el discernimiento, disponibilidad para cambiar actitudes (conversión), plena conciencia de la conducción divina (Providencia Divina) y acción eclesial (sentido de pertenencia a una comunidad).

Segundo, flexibilidad y apertura mental, en una era de globalización y multiculturalismo, la apertura y el respeto hacia las diferentes culturas y creencias son esenciales.

Pablo muestra esta flexibilidad en su misión, adaptándose a diversas culturas para difundir el Evangelio (1 Corintios 9:22). “Me he hecho todo para todos, para que de todos modos salve a algunos.” Y finalmente, el tercero, Espíritu de innovación, El deseo de innovar y mejorar el mundo es innato en el ser humano.

Un apóstol debe utilizar la creatividad y las tecnologías modernas para evangelizar. Un ejemplo bíblico es Pablo, quien se hizo todo para todos, a fin de salvar a algunos por todos los medios posibles (1 Cor 9,22) Para el sacerdote, la época actual puede ser vista como un kairos, un tiempo propicio para convertirse en testigo de esperanza en medio de los desafíos contemporáneos.

Luego pasamos a la Santa Eucaristía con la presencia de todos los obispos acompañado de sus sacerdotes. La misa fue presidida por monseñor Héctor Rafael Rodríguez, arzobispo de Santiago de los Caballeros y presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano.

De su homilía podemos destaco a Jesús que se presenta como la puerta del redil, como el Pastor verdadero, aquel que viene a dar vida, y vida en abundancia. ¡Qué consuelo saber que nuestra Iglesia está siempre bajo el cuidado de este Pastor eterno, que nunca deja a su pueblo sin guía, sin voz, sin horizonte!

Nos recordó a todas las palabras del Santo Padre Papa León XIV: “El corazón de la Iglesia debe palpitar al ritmo del Evangelio, orando y trabajando por la paz.

Además, nos señaló el prelado: “El mundo necesita sacerdotes santos, alegres, cercanos, sensibles y solidarios con el dolor ajeno. Pastores con olor a oveja, como decía el Papa Francisco; pastores que caminen con su pueblo, que no huyan ni sean insensibles al sufrimiento de los indefensos, que no negocien con la verdad, ni vendan su identidad”.

Y finalmente: “Que este jubileo nos una más, fortalezca nuestra fraternidad sacerdotal y nos impulse a una vida más entregada al Evangelio”.

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