Por Juan Julio Báez Contreras

Como le he comentado en varias ocasiones, desde que tengo uso de razón tuve un espíritu emprendedor y generalmente tenía una idea en mente para tratar de implementar un negocio que nos permitiera sumar un par de pesos adicionales, que por lo general siempre nos hacían falta.

En ese sentido, el boss era más conservador que yo. Le gustaba analizar bien las cosas e ir a lo seguro. Algo propio de las personas que tienen canas en sus cabezas y que por el paso de los años han visto tantas cosas, que el ímpetu de la juventud no conoce.

En una ocasión había una pelea de boxeo muy importante por el titulo mundial, entre Sugar Ray Leonard y Marvelous Marvin Hagler. En esa época, no existía la televisión por cable todavía, siendo mi padre el mejor narrador de boxeo del país, le propuse que compráramos los derechos de transmisión y que montáramos vía satélite un evento en el polideportivo Romana, ( actualmente al cual se le cambió el nombre por Eleoncio Mercedes, en honor a nuestro campeón mundial, nativo de esta ciudad); evento en el cual, según yo, podíamos ganarnos unos miles de pesos seguros y rápido.

Me dijo que con que dinero podíamos hacer eso, le comenté que ni el ni yo, lo teníamos, pero que el era amigo de Luis Medrano, experto en el montaje de fiestas y eventos, que solo teníamos que venderle bien la idea, para que el aportara el dinero y que nosotros nos encargaríamos de hacer todo lo demás y que nos iríamos mitad y mitad de los beneficios. Efectivamente hablamos con el señor Medrano y aceptó. Tuvimos que pagar los derechos de transmisión, instalar equipos para recibir la señal vía satélite e instalar pantallas gigantes dentro del polideportivo y hacer una agresiva publicidad por los medios de comunicación y en la guagua anunciadora que tenía el gordo de oro, don Mike Valdez, un destacado locutor de nuestra ciudad. Aparte de eso, asumir la contratación del personal de seguridad y de los que tendrían que acomodar a la gente, pues había un espacio de ring side (aunque en realidad no había ningún ring montado), cercano a la pantalla gigante, que costaba más dinero y la entrada general, que tenía un precio más asequible.

La “maravilla” Hagler, estaba invicto como campeón del peso mediano (154 libras) y había defendido con éxito, su corona en unas 14 ocasiones.

Por su parte Sugar Ray Leonard, un antiguo campeón olímpico en el boxeo amateur y campeón del mundo en el profesionalismo, en el peso welter (140 libras), había estado tres años retirado del boxeo, por una lesión que tenía en la retina y por lo tanto parecía una locura de su parte, tener que aumentar más de 14 libras de peso, para subir al ring a pelear con unos de los boxeadores que tenía una de las pegadas más potentes de su época. Pero, habían 11 millones de dólares en razones para Sugar Ray Leonard y 13 millones de dólares para Hagler. Esa pelea se llevó a cabo en el Caesar Palace, de Las Vegas, Nevada, en Estados Unidos y concitó la atención de todo el mundo.

Llegó el día de la pelea, que se celebró el lunes 6 de abril del año 1987 (yo tenia apenas 20 años), desde temprano nos instalamos en el Polideportivo, para coordinar que todo estuviera en orden. Que la señal del satélite estuviera bien. Que las pantallas se vieran bien y que el sonido interno se escuchara mejor.

Abrimos la boletería a eso de las seis de la tarde. La gente comenzó a llegar y por la cantidad de personas que veíamos, parecía que iba a resultar todo un éxito nuestro invento con mis ansias de ser un emprendedor.

Mientras el boss narraba de manera magistral, lo que estaba ocurriendo en el ring. Yo estaba contando el dinero que había ingresado por concepto de boletería. Para sorpresa de todos, la pelea fue súper reñida. A pesar de haber tenido que subir bastante de peso y de estar tres años retirado del ring, Sugar Ray Leonard, seguía teniendo una gran movilidad en sus piernas y esa velocidad, le salvó de recibir uno de los potentes golpes de la Maravilla Hagler, que tantos estragos había causado en los demás boxeadores que se les habían enfrentado y que le había permitido defender 14 veces de manera exitosa su corona. En ocasiones Hagler, lograba conectar el cuerpo de Leonard, pero sin la suficiente potencia como para derribarlo.

Contra todo pronóstico, la pelea se había ido a los 12 rounds reglamentarios. Fue sumamente reñida y cualquiera de los dos se podía dar por ganador. Al final la decisión de los jueces estuvo dividida, dos de ellos vieron a Leonard ganar y uno votó a favor de Hagler. Así que el campeón fue destronado. Sugar Ray Leonard, era el nuevo campeón mundial de las 154 libras. Muchas personas, dijeron que había habido un robo, que el campeón defensor había ganado claramente y el escándalo fue tan grande, que luego de la misma, Marvin – La Maravilla- Hagler se retiró.

Por nuestra parte, una vez terminada la velada, estábamos verdaderamente cansados. Guardamos el dinero en una funda plástica. Y nos fuimos a descansar cerca de la una de la madrugada. Al día siguiente, después de cuadrar las cuentas, de sacar todos los gastos y pagarlos. Nos sobraron doscientos cincuenta pesos. Lo cual, como es natural, provocó en nosotros una caída de ánimo y un desencanto tal, que no encontrábamos la manera de informarle a nuestro socio, los resultados tan ínfimos que habíamos obtenido, a pesar del gran esfuerzo que habíamos realizado para obtener un gran beneficio. Al mi padre, decirle a Luis Medrano, que solo nos habíamos ganado 250 pesos y lo apenado que estaba, pues creía que los resultados serían muy diferentes y que nos ganaríamos varios miles de dólares, con esa espectacular cartelera. Don Luis, con la alegría que le cargo, sonriente le dijo:” Juan, no te preocupes. Por lo menos ganamos algo. Lo difícil hubiera sido que perdiéramos dinero. Apréndete esto, es mejor ganarse 250 pesos, que perderlos, así que tranquilo, en la próxima ocasión nos ganaremos mucho más”.

 

Nota: Este extracto corresponde a una serie anecdotaria publicada originalmente en Facebook, original de Juan Julio Báez Contreras en memoria de su fallecido padre. Esta reproducción de la misma en Exposición Mediática, cuenta con su aprobación.

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