Por Antonio Corcino

En tiempos donde un solo video puede sacudir la reputación de un destino, se vuelve imprescindible contar con instituciones que respondan con responsabilidad y verdad. Así lo hizo la filial Sosúa-Cabarete de la Asociación Dominicana de Prensa Turística (ADOMPRETUR), al rechazar de forma categórica una acusación sin pruebas contra el sector hotelero de esta localidad. La reacción no fue aislada: se sumaron la Asociación de Hoteles, Restaurantes y Empresas Turísticas del Norte de Sosúa y Cabarete (Ashoresoca), autoridades turísticas y entidades sociales que defienden desde hace años los derechos de niños y adolescentes.

Defensores del turismo, no espectadores

En ese contexto, Adompretur no puede limitarse a ser un espectador pasivo del desarrollo turístico; al contrario, tiene que ser más activo, pleno y consciente. Desde su fundación en 1977, ha asumido su compromiso de ser un canal de equilibrio entre medios, comunidades y autoridades. Sin embargo, su misión ética y social de alguna manera lo convierte en un defensor fundamental del turismo sostenible y del ejercicio profesional de la comunicación turística en República Dominicana.

Una batuta ética para el periodismo turístico

Frente a ataques infundados, informaciones distorsionadas o juicios imprecisos que pueden afectar la imagen de un destino, el periodismo turístico está llamado a actuar como un guardián ético y profesional. Su rol va mucho más allá de la promoción: debe informar con responsabilidad, criterio y compromiso con la verdad, protegiendo tanto al visitante como a la comunidad anfitriona. En este contexto, comunicar bien es también defender con integridad. Por eso, Adompretur le corresponde fomentar buenas prácticas entre sus miembros y reconocer la excelencia informativa. Siendo esta industria susceptible, donde la percepción lo es todo y la verdad bien contada es una herramienta de desarrollo.

Desarrollo turístico con rostro humano

El turismo no solo mueve divisas; transforma comunidades y une a los pueblos. Por eso, dentro de los objetivos centrales de Adompretur, como está consagrado en su espíritu, está impulsar un modelo de turismo incluyente, socialmente responsable y ambientalmente equilibrado. En ese sentido, las filiales podrían ser claves para traducir esa visión global en acciones locales como sinónimo de un desarrollo turístico responsable.

Filiales: corresponsales del territorio

En este sentido, cada filial de Adompretur tiene el deber de que el país, como destino turístico, actúe como un sismógrafo social. Por ejemplo, detectar tensiones, levantar alertas y promover alianzas con autoridades y líderes comunitarios, es decir, un ente de diálogo y consenso que opere como un muro de contención y de prevención ante un posible conflicto. Con los hechos que se produjeron a principios del 2019 en Punta Cana, el país tuvo que pagar un alto precio debido a la forma como fue abordada esta cuestión. Ante esa experiencia, tiene que constituirse el primer frente ante la crisis de imagen y el canal más directo para propulsar lo mejor de cada destino.

Relaciones públicas con compromiso social

Más allá del apoyo, Adompretur perfectamente puede ser el relacionista público de cada zona de desarrollo turístico. Por su nivel de influencia en los medios, una voz al servicio de los mejores intereses de su demarcación, ante cualquier embate, responder con hechos, formación y defensa de la verdad, como valientemente lo acaba de demostrar Sosúa-Cabarete. La reputación de un destino es un bien público que merece ser protegido y defendido.

Formar para transformar

Ahora bien, la educación es su herramienta como un pilar silencioso, pero decisivo. Por eso, es imperativo que Adompretur apueste a la capacitación constante de sus miembros y la creación de espacios de análisis y reflexión sobre el fenómeno turístico. Solo con conocimiento se puede comunicar con profundidad y criterio.

Vigilancia activa ante las amenazas

La difamación, la desinformación y el sensacionalismo son enemigos del turismo responsable. Por ellos, somos partidarios de que Adompretur obre como un filtro ético, separando la crítica legítima de la manipulación maliciosa. Asumir y ser promotor del Código Ético Mundial para el Turismo. Pues, la verdad, en turismo, también genera desarrollo.

Una red que fortalece identidades locales

Cada filial podría fortalecer la identidad de su comunidad. Desde Santo Domingo a Puerto Plata y desde Pedernales a Punta Cana, cada región tiene una historia que merece ser contada con respeto y autenticidad. Desde esa perspectiva, Adompretur está llamada a empujar esa diversidad narrativa, enriqueciendo la imagen global del país.

Una cerradura con muchas llaves

La protección de la imagen turística es como una cerradura compleja. No se abre con una sola llave. Las filiales son esas llaves locales que, bien coordinadas, aseguran que el turismo se mantenga como un motor legítimo de bienestar y progreso.

Comunicación con propósito

De modo que, en este ciclo, a casi 50 de fundación, el papel de Adompretur —y especialmente de sus filiales— tiene el compromiso de ir más allá de emitir notas o cubrir eventos, ser de algún modo guardaespaldas de la imagen turística y la reputación del país.

Acompañar al sector público y al privado en la tarea de preservar nuestra imagen turística en cualquier contexto. La próxima gestión de las directivas (2025-2027) podría ser una red de conciencia, responsabilidad y compromiso con el desarrollo nacional. En un mundo donde las percepciones definen destinos, contar con comunicadores comprometidos es una garantía para construir un turismo más justo, transparente y sostenible.

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