Isael Pérez: “No hay libro malo, ni hay libro que algo bueno no tenga”

Isael Pérez, escritor y gerente/fundador de Editorial Santuario.

FuenteSantiago Almada (vía El Caribe)

Nacido un 8 de julio de 1961, en La Piñita, una comunidad de la provincia La Altagracia, en San Rafael del Yuma, Isael es hijo de agricultores, creció entre tíos y primos que trabajaban en el campo, una vida bastante dura que en cierto modo lo animó a acercarse al estudio porque según dice en un momento de esta charla, no quería para él ni para sus hijos esa existencia tan sacrificada.

Propietario de una editorial que ha publicado a muchos de los grandes escritores dominicanos y algunos extranjeros “dominicanizados”, Isael tiene una oficina repleta de libros de la más variada temática, casi todos editados y puestos a circular por su empresa, que se precia de ayudar a los autores a cumplir el sueño de ver plasmadas sus obras tanto en formato impreso como digital.

¿Qué lo llevó a acercarse a la literatura y a los libros?

En realidad vi en la lectura y en los libros una puerta de liberación, se pudiera decir de escape, porque crecí viendo a mis padres, a mis tíos, a las personas más cercanas que conocí desde mis primeros años, entregados al trabajo en el campo, porque mis padres cultivaban diversos rubros, recuerdo sus caras curtidas y sus manos cuarteadas por ese trabajo rudo, entonces desde muy pequeño decidí que no quería eso para mí, así que entendí que si me dedicaba al estudio podría salir de esa situación, de esa vida tan sacrificada. Así que lo poco, lo mucho, lo que tengo de bueno o de malo, se lo debo a los libros

¿Es casado, tiene hijos?

Tengo cuatro hijos varones de mi primer matrimonio, y actualmente estoy casado con la señora Oneida González, que es mi compañera de vida, mi apoyo en todo lo que se hace y trabajamos como un equipo.

Usted es visto como un “hacedor de libros”, alguien que ayuda a los autores a cumplir el sueño de publicar ¿qué piensa de eso?

Los libros, la lectura, son nuestra gran pasión, nuestro trabajo es darles apoyo a los escritores, porque creemos sobre todo en la fortaleza de la palabra, así que tratamos de ofrecer el mejor servicio posible a todos, sin ningún tipo de distinción, a los que están arriba y a los que están abajo, que recién comienzan, a los que están a la derecha o a la izquierda, y hasta a los que no saben muy bien en dónde están.

¿Cómo surge Editorial Santuario?

En realidad, surgió con libros de mi autoría, yo llevo diez o doce libros publicados, recuerdo que una vez yo fui donde una profesora para pedirle que recomendara mis obras a sus estudiantes, ella me dijo que en realidad estaba interesada en obras de Marcio Veloz Maggiolo, que si yo le llevaba obras de él, ella sí se los recomendaría. Entonces hablé con don Marcio y él me autorizó a publicar su novela La vida no tiene nombre, y así comenzó una relación que nos llevó a publicar más de veinte obras de don Marcio, como esa otra novela suya titulada El jefe iba descalzo. Cuando descubrí que me iba mejor con la publicación de otros autores que mis propios libros, comenzó este proceso que nos ha llevado a poner en circulación a muchos autores dominicanos, como Manuel Salvador Gautier, José Alcántara Almánzar, Juan Carlos Mieses, Jeannette Miller, Ángela Hernández, Emilia Pereyra y, pues… lo demás ya es historia

¿Qué es lo primero que usted tiene en cuenta cuando recibe una obra con pedido de publicación?

Yo siempre parto de una idea, considero que no hay libro malo, ni hay libro que algo bueno no tenga. Muchas veces vienen autores que tratan de formarse un nombre, otros que quieren dejar su huella como profesores, por ejemplo, a veces para hacer méritos en un periódico o en un partido político, a todos tratamos de darles siempre una respuesta y hasta el mejor consejo, si es posible, porque sucede que, sin el apoyo de los escritores, nosotros como editores no tendríamos razón de ser, así que nuestra función es esa. No solo publicamos con nuestro sello, sino que también tenemos canales de distribución en todo el país, a veces nos traen los libros publicados y los distribuimos y hasta tenemos un delivery, que es un servicio que llegó para quedarse.

¿Piensa que en este país no se lee lo suficiente o más bien se lee poco?

No, yo creo que se está leyendo más, aunque quizá no tanto como quisiéramos, pero los formatos digitales están ayudando un poco, la lectura es una manera de salir de la pobreza, porque para superarla lo que se necesita es salir del analfabetismo, y eso es algo que se va consiguiendo de a poco, pero yo creo que se lee mucho en la actualidad y el que no lee es porque no quiere.

¿Qué piensa usted de esas “profecías” acerca de la desaparición de los libros impresos, de los periódicos impresos y demás?

Yo creo más bien que hay una alianza positiva entre lo impreso y lo digital, y ese apoyo, esa complementación entre ambos formatos es lo que va a alejando en el tiempo esa profecía, es decir no creo que los libros impresos vayan a desaparecer alguna vez, ni que vayan a ser reemplazados totalmente por los formatos digitales. Es más, esos formatos como Kindle, las computadoras, las tabletas, sirven para que se lea más porque dan mayores posibilidades de lectura, antes conseguir un libro era una aventura, ahora podemos mandarlos en PDF por correo electrónico, y eso es una gran posibilidad.

¿Considera que se necesita una legislación que brinde más apoyo a los escritores y a los autores?

Obviamente, creo que el Gobierno, el Estado deben dar mayores incentivos, por ejemplo, el Premio Nacional de Literatura tiene un monto de dos millones de pesos, eso es muy poco, debiera ser más, pero también necesitamos que nuestros autores sean apoyados para que puedan ir al exterior a dar conferencias, que las embajadas distribuyan traducciones de nuestros grandes escritores, Juan Bosch tiene todas las condiciones para ser considerado un Cervantes, pero nunca se lo ha difundido lo suficiente. Necesitamos una editora nacional, más participativa, con las puertas abiertas para todos.

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