Por Redacción 
Por Adolfo Núñez
La muerte, crisis, catástrofe, pleitos, guerras, conflictos, enemistades, enfermedades, fuegos forestales, y más y más … Todos, son tan parte de nuestras vidas, como lo es nuestra vida misma y el aire sin costo alguno que a diario respiramos.
Cada ser humano, cada generación, cada pueblo, cada comunidad, cada ciudad, cada país, cada continente en toda parte del mundo lo experimenta; algunas veces, la muerte, guerra, conflicto, crisis, catástrofe, enemistad causadas de forma intencional por un ser humano.
¿De dónde viene la sorpresa?
¿Qué en realidad nos sorprende?
¿Qué en realidad nos alarma?
Es como si no tuviéramos conciencia de la maldad que a diario nos rodea; y de lo lejos que puede llegar un ser humano con sus malas intenciones.
Aquí ningunos queremos o buscamos la muerte ni nada de lo antes mencionado; pero sí muchos le tienen miedo a la muerte. Una cosa es no querer morirse, y otra totalmente diferente es no tenerle miedo a la muerte.
Nunca he visto la foto de un cadaver en la sala de una casa; mientras que en cada rincón de la misma hay fotos del fallecido mientras estaba en vida.
Pero sí, todos, vemos a diario el cadaver de Cristo colgado en una cruz; colgado como pendiente de una cadena en el cuello de muchos, con la intención de ser protegidos, bendecidos y ayudados por Él no sé si esto denota miedo, falsedad o hipocresía por parte usted, quien le tiene miedo a la muerte.
Físicamente hablando, nadie sale de este mundo vivo.
En medio de la tristeza que hoy nos abate a todos, por lo sucedido ayer en nuestro país.
