Por Redacción 
El Instituto Duartiano es una entidad descentralizada, de carácter patriótico, apolítico y cultural con personería jurídica propia. Tiene el propósito de llevar al pueblo dominicano y a otras naciones, la historia de Juan Pablo Duarte e impulsar que, por medio del conocimiento de sus ideales, laboriosidad, honestidad acrisolada y vida ejemplar, exista un mejor ciudadano y la Patria justa y feliz que soñó el Padre de la Patria.
Su misión es difundir la vida, obra y ejemplo de Duarte, en primer lugar, y de los trinitarios y los próceres de la Restauración de la Independencia Nacional, en segundo término, para la edificación moral y cívica del pueblo dominicano y su mejor formación.
Mientras que, trabajar sin desmayos para que se conozca la verdadera historia, pensamiento y sacrificios de Juan Pablo Duarte y sus discípulos y que las nuevas generaciones trabajen para construir una patria edificada sobre la base de la moral y la responsabilidad ciudadana, es su visión.
Así reza parte del concepto integral de esta entidad, la cual está en la mira del ojo público tras las contraproducentes declaraciones de su actual presidente, el Dr. Julio Manuel Rodríguez Grullón respecto al tema haitiano, al expresarle al país que de debe «tener precaución con este tipo de actividades que suelen terminar con “desorden” y empeoran las relaciones entre los dos países (RD-Haití)«.
Dijo además que «Hay que tener presente que nosotros tenemos que acostumbrarnos a que en esta isla hay dos países; eso no se va a quitar. Lo mejor que hacemos los dominicanos es tratar de entendernos con los haitianos«, lo que obviamente ha desatado indignación colectiva, nosotros sumado a la misma.
La convocatoria por parte de los miembros del Instituto Duartiano a una Asamblea General Extraordinaria, para el próximo sábado 26 de abril a las 9:00 de la mañana, en el auditorio «Prof. José Joaquín Pérez Saviñón» de su sede, es más que propicia, imperativa.
No existe análisis alguno que se someta a las nefastas declaraciones del actual presidente de una entidad que precisamente profesa los ideales del principal libertador de República Dominicana, gesta ésa que parece ese señor no la leyó, conoció o asimiló, al «invitar» a que los preceptos duartianos se sometan precisamente a lo que provocó la irrupción de los mismos.
Se hace imposible pensar siquiera que ese señor experimentó un lapsus mental porque de haber estado en otra tribuna o no ser lo que representa, se entendiese, pero jamás siendo él quien preside el Instituto Duartiano.
¡Su negativa de renunciar debe buscársele una ya! Exposición Mediática repudia esas declaraciones, las cuales dejan en evidencia que las intenciones de ese señor no son saludables para la filosofía, misión y visión no solo de esa organización, sino de República Dominicana.
¡Que renuncie ya! ¡Este país se forjó en base a sacrificios muy altos y no es verdad que por un grupúsculo de ineptos se va a fragmentar!
