Redacción Exposición Mediática.- Aunque hay tres fechas para celebrar al gato en el año, además del 8 de agosto, está el 20 de febrero (Día Nacional del Gato en EE.UU., en honor al gato Socks de la Casa Blanca) y el 29 de octubre (Día Nacional del Gato en Estados Unidos, proclamado por Colleen Paige), el 8 de agosto es el de mayor alcance global.
Cada 8 de agosto, el mundo conmemora el Día Internacional del Gato, una fecha proclamada por el Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW) en 2002 con el objetivo de visibilizar la importancia del cuidado, la adopción responsable y la protección de estos felinos. Aunque para muchos esta celebración se limita a mimar a sus gatos domésticos, la historia de la relación entre el ser humano y el gato va mucho más allá del sofá y la ventana soleada: es un relato que atraviesa civilizaciones, simbolismos y hasta supersticiones.
El trasfondo de la celebración
El Día Internacional del Gato no se limita a agasajar a nuestros compañeros peludos, sino que busca:
• Fomentar la adopción responsable frente a la compra indiscriminada.
• Promover la esterilización para evitar la sobrepoblación y el sufrimiento animal.
• Concienciar sobre el maltrato y la importancia de leyes de protección animal.
• Recordar su valor histórico y cultural, más allá de lo doméstico.
Raíces antiguas: un vínculo milenario
El gato (Felis catus) no siempre fue la mascota juguetona que conocemos hoy. Su domesticación, que según estudios genéticos ocurrió hace unos 9.000 años en el Creciente Fértil, estuvo ligada a su habilidad como cazador de roedores, lo que lo convirtió en aliado natural de las comunidades agrícolas.
En el Antiguo Egipto, el gato alcanzó un estatus divino. La diosa Bastet, protectora del hogar, la fertilidad y los secretos femeninos, era representada como una mujer con cabeza de gato. Matar a un gato, incluso por accidente, se castigaba con la muerte. Además, cuando un gato doméstico moría, las familias egipcias entraban en duelo, afeitan sus cejas y momificaban al animal para acompañarlo a la otra vida.
Entre supersticiones y leyendas
Durante la Edad Media, sobre todo en Europa, los gatos —en especial los negros— fueron injustamente asociados con la brujería y el demonio. Esto llevó a su persecución y matanza masiva, algo que, irónicamente, favoreció la expansión de plagas como la peste bubónica al eliminar a sus depredadores naturales: las ratas.
En Japón, el maneki-neko (gato que saluda) es considerado amuleto de la buena fortuna. En el folclore nórdico, la diosa Freyja viajaba en un carruaje tirado por gatos gigantes. Y en muchas culturas precolombinas, como en el Perú antiguo, los felinos aparecían en representaciones ceremoniales como símbolos de poder y destreza.
El gato en la historia cultural y artística
La fascinación humana por el gato ha dejado huella en el arte, la literatura y el cine. Figuras como Edgar Allan Poe (“El gato negro”), Charles Baudelaire o T.S. Eliot dedicaron versos y relatos a su misterio. Pintores como Leonardo da Vinci, Pierre-Auguste Renoir y Tsuguharu Foujita lo retrataron con elegancia. En el cine, desde Los Aristogatos hasta Gato con Botas, el felino ha pasado de ser símbolo de misterio a ícono pop.
El gato moderno: de la casa al internet
El siglo XXI ha convertido a los gatos en protagonistas virales. Plataformas como YouTube, Instagram y TikTok están inundadas de videos y memes de felinos, reforzando su fama de animales independientes, inteligentes y, a veces, impredecibles. Este fenómeno no solo ha impulsado la cultura popular, sino que ha favorecido campañas de adopción y concienciación sobre el abandono animal.
Síntesis
El gato, criatura que ha sido venerada como deidad, demonizada como símbolo oscuro y amada como mascota, sigue despertando en el ser humano una mezcla de admiración y respeto. El Día Internacional del Gato es una oportunidad para recordar que este vínculo no es solo una historia de compañía, sino una relación que ha moldeado costumbres, creencias y hasta momentos clave de nuestra historia.