Por Nidio Terrero
Texto: Apocalipsis 19:6-10.
Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!. Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.
Introducción
Las bodas del cordero son un evento que evidentemente envuelve solamente a Jesucristo y a la iglesia, la cena de la boda siempre ha sido vista y utilizada como un momento de festejo en el que el esposo le presenta la novia a los invitados.
La literatura apocalíptica, revelacionista o futurista siempre genera controversias, pues las interpretaciones son muy diversas. Les recuerdo que, en tal sentido, hay aspectos bíblicos en los que el Señor nos da la libertad de interpretarlos, pero sin que esto nos autorice a crear falsas doctrinas.
¿Quién es el esposo? Jesucristo.
¿Quién es la novia? La Iglesia compuesta por personas de todas las naciones, tribus y lenguas que haya recibido a Cristo como su salvador.
¿Quiénes son los invitados a las bodas y a la cena de las bodas del cordero?
Para contestar esta pregunta debemos leer y analizar algunas porciones de la Palabra de Dios…
En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro. Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.
Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad.
Daniel 12:1-3.
Y vinieron a Juan y le dijeron: Rabí, mira que el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú diste testimonio, bautiza, y todos vienen a él. Respondió Juan y dijo: No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo. Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de él.
El que tiene la esposa, es el esposo; mas el amigo del esposo, que está a su lado y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo; así pues, este mi gozo está cumplido.
Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe. Juan 3:26-30.
Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero.
Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono, y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios, diciendo: Amén.
La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén.
Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido? Yo le dije: Señor, tú lo sabes.
Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Apocalipsis 7:9-14.
Un ángel le dijo a Juan que escribiera: ¡Bienaventurados los invitados a la fiesta de las bodas del Cordero porque experimentarán la celebración eterna!
Esta es la cuarta de las siete bendiciones en el libro de Apocalipsis (1:3, 14:13, 16:15, 19:9, 20:6, 22:7, 22:14).
Según la Biblia, los justos del AT no resucitan con la Iglesia antes de la Gran Tribulación, sino después de que termina.
Es necesario entender el orden de las resurrecciones para darnos cuenta quienes serán los invitados…
¿Cuál es el orden de la resurrección?:
1.- Primero Cristo. Vv. 20, 23a. “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron (eufemismo tocante a la muerte) es hecho. Pero cada uno a su debido orden: Cristo, las primicias”.
Esto alude a la 1ra. Cuota de la cosecha de la vida eterna, en la que la resurrección de Cristo, que garantizara que todos los santos que han muerto en Cristo, también serán resucitados v. Juan 19. San Pablo confirma esta idea, mediante la alegoría del pecado de Adán, traspasado a toda la humanidad, así también por Cristo la resurrección entrara a toda la raza humana y de igual manera la vida. Vv. 21-22. “Pero cada uno a su debido orden” v.23ª.
2.- Los que son de Cristo. Vv. 23b. “Luego los que son de Cristo, en su venida (su venida por sus santos)”. Esto se refiere a la resurrección de los que han confiado en Cristo, por la fe, para salvación desde el Pentecostés hasta el arrebatamiento, los cuales se unirán a los Santos que estén vivos al momento del arrebatamiento, en el aire y así estarán juntos con el Señor. Vv. I Tesalonicenses 4:16-17.
3.- Aquellos que abrazan la fe de Cristo durante los años de la Tribulación. Estos serán resucitados juntos a los Santos del A.T. Para reinar con Él durante los mil años del reinado de paz. Vv. Apocalipsis 20:4; Daniel 12: 2; Isaías 26:119-20.
4.- Los que mueran durante el reino milenial serán transformados de manera instantánea al morir, para acceder a su cuerpo eterno.
Las únicas personas que faltarán por resucitar serán los impíos; y su resurrección tendrá lugar al final de los mil años, para ser llevados al juicio final. Vv. Apocalipsis 20:6-8, 11-15.
La expresión “Luego el fin…” v.24 según algunos comentaristas, hace alusión a la restauración de la tierra bajo el dominio de Cristo, quien es su rey por derecho propio.
Todos los enemigos de Cristo serán subyugados, y el último de ellos será la muerte, que estuvo en manos de satanás vv. 25-27; Hebreos 2:14. Luego El mismo se sujetara a Dios Padre y actuará en la Trinidad como en el Principio. V. 28.
Juan el Bautista, quien fue el último de los profetas durante la Dispensación de la Torá, se llamó a sí mismo amigo del novio y no se consideró miembro de la Novia ni de la Iglesia (Juan 3:27-30).
Por lo tanto, los muchos que serán invitados a asistir a la fiesta de bodas en la tierra serán todos los justos (Mateo 8:11) y los mártires de la Tribulación resucitados después de la Segunda Venida de Jesucristo.
Mientras que la ceremonia de la boda tendrá lugar en el cielo justo antes de la Segunda Venida, la fiesta de bodas tendrá lugar en la tierra después de la Segunda Venida.
Por lo tanto, la fiesta de bodas dará comienzo al Reino Mesiánico (Mateo 22:1-14, 25:1-13). Con esto, se completan las cuatro etapas.
Los invitados a la celebración de las bodas no serán solo la Iglesia como la novia de Cristo, sino también otros.
Los “otros” incluyen a los santos del Antiguo Testamento, quienes serán resucitados en la Segunda Venida de Cristo, así como los mártires muertos en la Tribulación.
Como el ángel le dijo a Juan que escribiera, “Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero.”
Los invitados representan ciertamente a la gran hueste de santos del Antiguo Testamento que, aunque no forman parte de la Iglesia llamada de entre judíos y gentiles durante el período cristiano, entre pentecostés y el arrebatamiento, tendrán sin embargo parte en la resurrección de los santos, y tendrán su puesto especial de bendición en el día de gloria.
Ahí estará toda la larga línea de santos antes de la cruz; ahí estarán Abel y el gran ejército de mártires; ahí estarán Enoc, que anduvo con Dios, y las “miríadas” de santos de Dios de los que él profetizó; ahí estarán Abraham y los “extranjeros y peregrinos” que dieron la espalda a este mundo para buscar una patria celestial; ahí estarán Moisés y todos aquellos que escogieron más bien sufrir aflicción con el pueblo de Dios que gozar de los deleites temporales del pecado.
En una palabra, ahí estarán toda la gran hueste de santos desde el huerto del Edén hasta la cruz de Cristo, que han caminado por la senda de la fe, y tendrán su parte y bendición en la cena de las bodas del Cordero.
La mayoría de los eruditos creen que la frase de Pablo «los muertos en Cristo» en 1 Tesalonicenses 4:16 se refiere a aquellas personas que aceptaron al Señor como su Salvador durante la Era de la Iglesia. Daniel 12:1-2 nos dice que los santos del Antiguo Testamento como Daniel, serán resucitados al final de la Gran Tribulación.
En Apocalipsis 6:9 Juan se está refiriendo a los mártires que dieron sus vidas por el Señor durante el tiempo de los cuatro jinetes de Apocalipsis 6:1-8.
Aquellas personas que han muerto durante la Era de la Iglesia serán resucitadas al mismo tiempo que el Rapto, antes que empiecen los juicios de los tiempos finales.
Los 144,000, Apocalipsis 7:1-14: Los 144.000 son los fieles que recibirán el sello de Dios, pero luego son presentados como una gran multitud adorando en el trono de Dios.
La respuesta a la pregunta «¿quiénes son los 144.000?» depende del enfoque de interpretación que se tenga del libro del Apocalipsis.
El enfoque futurista, que es el que consideramos mejor, interpreta a los 144.000 de forma literal. Cuando se interpreta al pie de la letra, Apocalipsis 7:4 pareciera hablar de 144.000 personas que vivirán durante la tribulación del fin de los tiempos.
No hay nada en el pasaje que nos lleve a interpretar a los 144.000 como otra cosa que no sea un número literal de judíos—12.000 tomados de cada tribu de los hijos de Israel, según los versículos 5-8.
El lenguaje bíblico no es la excepción: el número 12 simboliza a las tribus de Israel, es decir, al pueblo elegido de Dios.
Por tanto la cantidad expresada con el 144 000, la cual es múltiplo de 12, simboliza a los descendientes de las 12 tribus originales, el linaje o la Casa de Israel.
Los 144 000 son el último grupo de creyentes en Jesucristo que habitará la Tierra y que pertenecen tanto a la Casa de Judá (judíos) como a la Casa de Israel (cristianos) y cuya misión será dar testimonio del Hijo de Dios durante la Gran Tribulación y exponer el engaño del falso Mesías o anticristo quien construirá el tercer Templo en Jerusalén.
Los dos Testigos, Apocalipsis 8:11-12: Los dos testigos del Apocalipsis tendrán poderes milagrosos para respaldar su mensaje (Apocalipsis 11:6), y nadie podrá detenerlos en su labor (versículo 5).
Al final de su ministerio, cuando hayan dicho todo lo que tenían que decir, la bestia los matará y el mundo malvado se alegrará, permitiendo que los cuerpos de los profetas caídos queden tendidos en las calles (versículos 7-10).
Sin embargo, tres días y medio después, los dos testigos de Dios resucitarán y, ante la mirada de sus enemigos, ascenderán al cielo (versículos 11-12).
Existen tres teorías principales sobre la identidad de los dos testigos del Apocalipsis:
1.- Moisés y Elías, 2.- Enoc y Elías, y 3.- dos creyentes desconocidos a los que Dios llama para que sean Sus testigos en los últimos tiempos.
1.- Moisés y Elías son considerados como posibilidades para los dos testigos a causa de los milagros específicos que Juan dice que los testigos realizarán.
Los testigos tendrán el poder de convertir el agua en sangre (Apocalipsis 11:6), lo cual replica un famoso milagro de Moisés (Éxodo 7). Y los testigos tendrán el poder de destruir a sus enemigos con fuego (Apocalipsis 11:5), lo que concuerda con un acontecimiento de la vida de Elías (2 Reyes 1).
También refuerza esta opinión el hecho de que Moisés y Elías aparecieran con Jesús en la transfiguración (Mateo 17:3-4).
Además, la tradición judía espera que Moisés y Elías regresen, según la profecía de la venida de Elías en Malaquías 4:5 y la promesa de Dios de levantar un profeta como Moisés (Deuteronomio 18:15, 18), lo cual, según algunos judíos, hace necesario el regreso de Moisés.
2.- Enoc y Elías aparecen como posibilidades para los dos testigos debido a las circunstancias únicas que rodearon su salida del mundo. Enoc y Elías, por lo que sabemos, son los dos únicos individuos a los que Dios ha llevado directamente al cielo sin experimentar la muerte (Génesis 5:23; 2 Reyes 2:11).
Los que defienden este punto de vista señalan Hebreos 9:27, que dice que todos los hombres están destinados a morir una vez.
El hecho de que ni Enoc ni Elías hayan experimentado aún la muerte parece calificarlos para la labor de los dos testigos, que serán asesinados cuando terminen su misión.
Además, tanto Enoc como Elías fueron profetas que pronunciaron el juicio de Dios (1 Reyes 17:1; Judas 1:14-15).
3.- Dos personajes desconocidos son presentados como posibles testigos debido a la falta de detalles en Apocalipsis 11.
Las Escrituras no identifican a los dos testigos por su nombre y no se asocia a ninguna persona conocida con su venida.
Dios es perfectamente capaz de tomar a dos creyentes «ordinarios» y permitirles realizar las mismas señales y maravillas que Moisés y Elías hicieron. No hay nada en Apocalipsis 11 que nos obligue a otorgar una identidad «famosa» a los dos testigos.
Hay un pasaje interesante en Zacarías 4 que nos da un prototipo de los dos testigos de Apocalipsis. Zacarías tiene una visión en la que ve un candelabro de oro macizo.
Encima hay un cuenco de aceite y un olivo a cada lado (versículos 3-4).
El candelabro alumbra sin que nadie tenga que mantenerlo, pues el aceite de oliva que fluye de los olivos al cuenco lo alimenta constantemente.
El mensaje de Dios a Zacarías era que la obra de Dios (la reconstrucción del templo) se llevaría a cabo «no con fuerza ni con poder, sino con mi Espíritu» (versículo 6).
Zacarías pregunta por el significado de los olivos y las ramas que suministran el aceite, y el ángel que le habla le dice: «Estos son los dos ungidos que están delante del Señor de toda la tierra» (Zacarías 4:14).
En otras palabras, el poder de Dios para sostener Su obra fluye a través de dos individuos apartados para la tarea.
En el contexto de Zacarías, estos dos individuos son Josué (el actual sumo sacerdote) y Zorobabel (el actual gobernador de Judá). También podemos ver aquí una prefiguración de Jesucristo, ya que el Mesías combinaría los oficios de sacerdote y rey. Luego llegamos a Apocalipsis 11:4.
En la descripción de los dos testigos, Juan dice: «Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra». Juan cita Zacarías 4.
Los dos testigos del Apocalipsis, como Josué y Zorobabel, tendrán el poder de Dios que fluye a través de ellos para llevar a cabo la obra de Dios.
Conclusión
Las bodas del cordero son un evento que evidentemente solamente a Jesucristo y a la iglesia y sucede en el cielo.
La cena de las bodas es un evento que envuelve a Israel y se realiza en la tierra Mateo 22:1-14; Lucas 14:16-24y Mateo 25:1-13, donde Israel estará esperando el regreso del esposo y la esposa, la fiesta de las bodas o la cena está localizada en la tierra y tiene particular relación con Israel.
La cena nupcial llega a ser un cuadro parabólico de toda la era milenaria, a la cual Israel será invitado, durante el periodo de la tribulación.
Siendo sinceros, debo confesarles que estos temas generan muchas controversias, para entenderlos hay que dedicar tiempo de estudios y análisis.
Dios les ilumine y bendiga.
El autor es teólogo, pensador social, profesor, consejero familiar, escritor, locutor y abogado.
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