Por Dayvi López Vargas
Recientemente, vimos el fallo del Tribunal Constitucional de la República Dominicana tomando medidas por encima de los intereses colectivos del país y los propios institucionales. Medidas que van contra la moral militar y sus pilares: confianza, disciplina, y la cohesión grupal.
El presidente Luis Abinader, que no ha respetado un solo fallo con relación al ingreso de militares honestos y decentes respecto a arbitrariedades recibidas, veremos qué mensaje hará sobre el futuro de sus hombres. Resulta escandaloso, luego del ex embajador y jefe «Wally» publicar fotos de una boda gay dentro de nuestro territorio. Ese señor actúa como una especie de embajador «ad hoc» de un gobierno externo o una ONG.
La cúpula de los tres partidos mayoritarios quieren llevar la podredumbre partidaria a las Fuerzas Armadas. De ser la institución mejor valorada, hoy en día está entre las peores y con tendencia a la baja. Estos con sus influencias mueven los demás poderes del Estado, creando una cofradía nociva a los intereses nacionales y a los deseos de nuestros grandes Padres Fundadores. A ellos no les interesa el voto militar, derecho fundamental, sino que sean homosexuales.
El público cristiano bíblicamente sabe el término de sodomía, derivada del episodio del Génesis que relata lo acontecido en las ciudades de Sodoma y Gomorra y su posterior destrucción por Dios como castigo por los pecados de sus habitantes. No es eso lo que queremos para el país y para nuestras fuerzas armadas. Este país vive de tragedia en tragedia, sin explicaciones científica alguna.
La sodomización ha iniciado y el Tribunal Constitucional le pasa por encima a la Constitución, en su artículo 55, «proteger la familia y promover su organización” y» el matrimonio entre hombre y mujer como base”. El mismo TC desconoció de manera irrevocable el Concordato y la educación en las Fuerzas Armadas. Al parecer, no les interesó.
El TC ha roto los límites de su competencia ya que no pueden o deben actuar sin ser planteada la necesidad por los propios militares o policías. Acaban de fallar modificando la Constitución Nacional, rol de legislar que le compete al Congreso. Este “palo acechado” rompe con el principio de lealtad constitucional y la necesidad de respetar los valores y derechos fundamentales que contiene.
La nueva guardia de Abinader podrá en los cuarteles ocurrir orgías sexuales entre hombres con hombres, romper camastros, escritorios y todo tipo de conductas sexuales sin ningún tipo de sanción. En la guardia de Abinader los militares podrán ir a marchas del orgullo gay y usar faldas y tacos altos con las guerreras. El sueño de Abinader en el fondo es ver destruida la Primera Institución de la República.
En la actualidad la anarquía es una forma de gobierno y las fuerzas armadas desde su génesis prima el orden y la disciplina. Desde que la mala política interviene en las instituciones, llega el final de las instituciones o la quiebra. Por el momento este fallo solo es a las sanciones, no a la inclusión en las fuerzas armadas, pero, solo por el momento, porque seguirán maquinando hasta lograr la aniquilación total.
El pueblo dominicano y sus militares se están cansando de las decisiones y de la loca aventura de este Gobierno comprometido con intereses oscuros. Apuestan a la división y la haitianización. Les interesa unas fuerzas armadas divididas, politizadas y haitianizadas que no tengan capacidad ni de defender el país.
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