Un juez de manos duras contra el crimen, pero de corazón solidario y cercano a su gente.
Por Alex Domínguez alexdminguez@gmail.com
En la historia reciente de La Romana, pocos nombres despiertan tanto respeto como el del doctor Brígido Ruíz. Su paso por el Tribunal de Primera Instancia, cuando era unipersonal, aún permanece en la memoria colectiva.
Fue el juez que no titubeaba frente al narcotráfico y la delincuencia, el mismo que con voz firme solía decir: “Ahí hay noventa años, repártanselo entre los tres”. Una frase que marcó un estilo de impartir justicia con energía y determinación.
Pero reducirlo únicamente al juez severo sería injusto. El doctor Ruíz es también un hombre de corazón noble, solidario, cercano a sus colegas y amigos.
Muchos abogados recuerdan cómo les ha acompañado en situaciones difíciles, brindando consejo y apoyo humano más allá del ámbito profesional.
Su estilo de juzgar fue singular. A diferencia de muchos, el doctor Brígido Ruíz no se limitaba a las pruebas que el Ministerio Público presentaba en un expediente.
Era común verlo trasladarse personalmente a la escena de un hecho o de un crimen, hacer descenso y levantamiento, conversar con la gente del lugar y observar con sus propios ojos.
Esa cercanía con la realidad le permitía tener una visión más justa, más equilibrada y humana al momento de impartir sentencia. Ese rasgo lo convirtió en un juez que no juzgaba desde el escritorio, sino desde el contacto directo con la verdad.
En la actualidad, alejado de las salas de audiencia, Brígido Ruíz continúa siendo una voz activa en la sociedad romanense. A través de sus escritos en redes sociales, particularmente en Facebook, expresa sus ideas sobre la realidad nacional y, además, reconoce y enaltece el valor de hombres y mujeres de esta ciudad de La Romana.
Esa capacidad de resaltar lo positivo y rendir tributo en vida habla de su nobleza y de su compromiso social.
Él mismo ha señalado que el futuro de nuestra sociedad depende de inculcar principios cristianos en la niñez y la juventud, junto con educación, disciplina y orden.
Una visión que cobra mayor vigencia en un tiempo donde la lealtad y los valores parecen escasear.
Pienso que hombres como el doctor Brígido Ruíz no deben esperar a partir de la tierra para ser reconocidos. Su legado está vivo y en constante construcción.
Es un ejemplo de que se puede ser firme contra el crimen y, al mismo tiempo, ser solidario, amigo leal y ciudadano comprometido.
Mi respeto y admiración para usted, Dr. Brígido Ruíz.