Por Dayvi López Vargas
Nuestra sociedad ha estado pendiente al escándalo de corrupción que involucra a altos mandos de las fuerzas armadas. Esta crisis de autoridad se manifiesta en las propias fuerzas armadas.
Este caso compromete la honorabilidad de toda la cúpula militar dominicana y al propio Gobierno de los Estados Unidos.
El coronel Rafael Morales no ha recibido llamadas de aquellos que se dicen ser honestos, mucho menos una carta de encomio, tal vez, en este momento, el desamparado coronel esté reflexionando entre la esperanza y la resignación, sobre las consecuencias de mantener los principios y la dignidad personal en una sociedad corrompida.
Los que juzgarán al coronel, serán los mismos que ingresaron a un coronel cancelado en el año 2010 por ser miembro de la RED de Figueroa Agosto y acusado por EE.UU. de lavar el narco dinero de César «El Abusador» y ahora es general reintegrado al Ejército por Abinader.
Parecería que para ser general no se necesita el Estado Mayor, sino ser o pertenecer a grupos del Crimen Organizado.
El Presidente tiene sentencias en su escritorio de destacados militares que pasaron por situaciones similares, uno de ellos, el Coronel Wascar de Peña. Nunca el presidente quiso ingresar a ese coronel que atacó el narcotráfico.
El coronel Morales no ha recibido un memorándum o algún decreto presidencial, pero sí cientos de comentarios a través de las redes criticando al presidente y al alto mando de las FFAA. Los que juzgarán al coronel Morales, algunos quisieron el reintegro del coronel Pedro Goico, «Pepe».
El presidente Danilo medina en el año 2019, dijo que el narcotráfico ha permeado las fuerzas armadas. La propia DEA manifestó que el Cártel de Sinaloa está en República Dominicana, pese a la negación del gobierno dominicano, por lo que, estos buscarán penetrar las instituciones que les persiguen.
En dado caso, la probabilidad de que el Coronel Morales diga la verdad, es muy alta, más siendo el Director de Asuntos Internos.
Esta crisis de autoridad está generando rebeldía en los rangos medios y bajos. Una cúpula aferrada a continuar ante hechos execrables.
Entre dos y tres casos de insubordinación y denuncias de abusos de autoridad se ven a diario.
Recientemente, el intento de envenenamiento de un alto militar fue motivo de escándalo público.
Todos hechos que reflejan la desobediencia e insubordinación ante mandos corruptos o con falta de valores militares.
El propio presidente Abinader nombró como ministro de Defensa a un general que el Departamento de Estado le había quitado la visa.
Resulta en desasosiego ante la espera de una pensión forzosa, la ejecución de equipos elites de matones del narcotráfico, o el ostracismo.
La mayoría de los militares saben por la miserable situación que está pasando: ¡Suerte, coronel!