El renacer del alma Romanense: retretas, abrazos y la música que une lo que el tiempo separó

 

Un reportaje especial desde el Parque Juan Pablo Duarte de La Romana.

La Romana, R.D.- Cada domingo, cuando el sol comienza a ceder ante la brisa caribeña, ocurre un milagro cotidiano en el corazón de La Romana: el Parque Juan Pablo Duarte, llamado coloquialmente Parque Central, se transforma en un santuario de reconciliación.

Hombres y mujeres de todas las edades —muchos con lágrimas contenidas, otros con risas que retumban como tamboras— se abrazan frente al quiosco de música.

No son solo saludos: son reencuentros de décadas perdidas, pedazos de historia personal que vuelven a tejerse al compás de las trompetas.

La banda que dirige el corazón

Al centro de este renacer está July Monte, el afamado director cuya batuta parece conjurar más que notas musicales. «Lo que suena aquí no es solo merengue o danzón«, comenta un anciano que no ha faltado un solo domingo. «Es la banda sonora de nuestra identidad«. Bajo la dirección de Monte, la retreta municipal se ha vuelto imán de romanenses ausentes: hijos de Nueva York, nietos de Madrid, primos de Miami… Todos regresan para bailar con sus raíces.

Los Hileros de la memoria: crónicas y abrazos

Mientras las piezas musicales envuelven el parque, la voz grave de Hugo Guerrero —leyenda de la locución y abogado— teje reportajes que son puentes entre generaciones. «Recuerdo cuando este parque era tierra polvorienta«, narra en su último segmento, mientras señala la ceiba centenaria. «Hoy vuelve a ser el altar donde La Romana se confiesa«.

Y es cierto: en cada esquina, grupos de amigos comparten fotos amarillentas; madres señalan a sus hijos el lugar donde se conocieron sus abuelos. «Esto ya no es solo un paseo dominical», sentencia Luisa María Ortiz, gestora cultural. «Es terapia colectiva«.

Los artífices del reencuentro: una red de fe en la comunidad

Detrás de este milagro social hay héroes silenciosos. Organizaciones como «Romanenses Somos Todos Uno»,»Clásicos Romanenses» y «Romanenses Unidos por Siempre» han convertido la nostalgia en acción. Su labor: rescatar no solo tradiciones, sino el orgullo de ser de aquí.

El síndico Eduardo Kerry Metivier ha impulsado la revitalización del parque con bancos nuevos, jardines y —lo más vital— seguridad.

La Sra. Giraldi, presidenta de La Aldea Cultural Santa Rosa de Lima, coordina mercados artesanales donde jóvenes venden sombreros de paja y muñecas de limé.

Néstor Cedano y Marcos Sánchez (éste último también director del medio que publica este reportaje) lideran campañas de memoria histórica: «Sin saber de dónde venimos, ¿cómo sabremos a dónde vamos?«, reflexiona Sánchez.

El calor que viene: Fiestas Patronales y el regreso de los ausentes

El ambiente —como advierte el pueblo— «se calienta» mientras se acercan las Fiestas Patronales de Santa Rosa de Lima. «Será una explosión de alegría«, promete Marcos Sánchez desde su canal de You Tube Marcos Sánchez TV . «Verán a La Romana vestida de gala: prietas en los balcones, perico ripiao en las calles… y sobre todo, a nuestros hijos ausentes llenando la plaza»

Ya se siente el hormigueo: en el taller de costura de Doña María, las agujas corren para terminar trajes de diablos cojuelos; en la panadería «La Esquina», amasan el pan de yuca que sabrá a infancia y a lo lejos se escucha «el dame razón» de Marciano Lora.

Invitación final: El domingo que cura

Si quiere comprobarlo con sus propios ojos, venga este domingo al Parque Juan Pablo Duarte. Llegue antes de las 5:00 PM. Tome un café de jengibre en el puesto de Toño. Busque a Hugo Guerrero bajo la ceiba —siempre tiene una anécdota que eriza la piel—. Luego, cierre los ojos cuando la banda ataque el primer merengue… y deje que el tuntún de los saxofones le recuerde que, como dice el lema de los jóvenes romanenses:

«Aquí no somos calles ni casas. Somos el abrazo que no se suelta«.

Nota editorial: Este artículo honra el esfuerzo de quienes tejen comunidad.

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