Por Miguel Ángel Cid Cid
cidbelie29@gmail.com
Urge superar la distracción típica del mundo actual. Matar el tiempo rompe el hilo del pensamiento coherente. Así se diseñó el sistema imperante. La confusión caló hasta conseguir la defensa inconsciente de quienes la combaten. Los líderes.
Por eso es necesario aprender a buscarle la quinta pata al gato. Sólo así podría construirse una generación de líderes reflexivos. Líderes que cuestionen, que propongan opciones diferentes a la solución de un problema.
Hace falta líderes capaces de escuchar las ideas favorables igual que las que lo contradicen. Que sepan ponderar las diferentes opiniones antes de tomar la decisión final.
Porque el mundo de hoy está diseñado para convertirnos en personas indignas, débiles, incapaces de enfrentar a sus propios verdugos. La única salida, en consecuencia, consiste en cultivar la disciplina de estudio.
Los líderes deberían abrazar la lectura como costumbre para fortalecer la creatividad y la libertad espiritual. Sólo un espíritu liberado podría ponerse por encima del ruido ensordecedor.
Superar el ruido a través de la lectura sistemática conduce a la compresión de la realidad en cada contexto.
Por esta razón se insiste —desde los artículos anteriores— en la preparación tanto de los comunitarios como de los políticos. Porque el conocimiento es garantía para que la gestión de sus organizaciones sea más efectiva.
Los intereses nacionales, según se desprende de lo anterior, se sustentan en el conocimiento de sus líderes. Porque a mayor comprensión más consistentes serán los procesos de desarrollo comunitario y de la sociedad en general.
Lograr ese conocimiento profundo amerita el abandono total de la costumbre de desplegar el rollo del plano para ver sólo lo esencial. Una práctica de arquitectos entregados a la vagancia. Son irresponsables, despreocupados de la calidad y la seguridad futura.
A esa práctica irresponsable hoy, en este mundo digitalizado le llaman “scroll”. El anglicismo se usa para definir la costumbre generalizada de estar siempre desplazando los contenidos de la pantalla para ver las partes no visibles.
Hace falta, en consecuencia, dejar de hacer scroll, dejar de desplazar la pantalla. Es urgente leer el texto completo para analizar y luego sacar lo esencial. El scroll conduce a la improvisación rampante que sólo lleva al fracaso.
Los líderes de hoy día —si quieren dejar un legado— tienen que consumir información. Pero no sólo consumirla, sino que tienen que reflexionar sobre esa información. Esa es la garantía para poder innovar en el proceso de enseñanza a las generaciones que habrán sucederlos.
Los que están negados siempre al conocimiento alegarán que sale caro. Que los libros, además de difícil de conseguir, son muy costosos. Son argumentos de la vagancia. Puras justificaciones sin fundamentos.
Existen infinidad de organizaciones que realizan estudios o investigaciones de las más variadas situaciones. Por ejemplo: la inversión del gobierno en las áreas de salud, educación, seguridad, alimentación, producción agrícola, industrialización, etc. Y lo mejor es que, los resultados de eso estudios no se venden, es decir, pueden adquirirse gratis.
¿Cuáles son las organizaciones que realizan esas investigaciones? Una muestra: la Fundación Solidaridad, Ciudad Alternativa, Núcleo de Apoyo a la Mujer, Centro Montalvo, Comunidad Cosecha, entre otras.
Lo único que hace falta sería que, tanto los políticos como los comunitarios decidan cambiar sus prácticas de distracción. Que decidan armarse de voluntad para fajarse a estudiar, leer y reflexionar. Que esa destreza se convierta en una cultura que fortalezca los procesos de negociación.
En suma, si la oligarquía diseñó un sistema engañoso, que te hace débil, toca a los líderes emprender el proceso capaz de revertir esa realidad. La tarea es clara: construir un liderazgo preclaro, que deje la confusión en el pasado.
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