Redacción Exposición Mediática, La Romana, R.D.- «Un periodismo sin chaleco antibalas«, así define el protagonista de este artículo el ejercicio del periodismo.
Se trata de Eli Heiliger, tenaz profesional que visualiza los hechos como una radiografía que muestra la realidad social sin adornos ni distorsiones.
Su visión del oficio parte de una premisa inquebrantable: el periodista debe estar libre de ataduras afectivas, económicas o políticas con sus fuentes, y ejercer su labor sin necesidad de “chaleco antibalas”. Esa metáfora encierra su compromiso con la independencia, la verdad y la valentía en el ejercicio profesional.
Egresado de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Heiliger ha cabalgado entre medios tradicionales y digitales, adaptándose a las transformaciones del oficio.
Inició su carrera cuando las noticias se redactaban en cuartillas, las notas de prensa llegaban por fax y los periódicos contaban con correctores de pruebas y mensajeros internos, diagramadores.
Hoy, testigo de la evolución tecnológica, reconoce que todo ha cambiado: la edición es digital, los tiempos son más vertiginosos y la forma de consumir noticias es distinta.
No deja de reconocer el aprendizaje que tuvo al tener como directores a al extinto poeta Pedro Caro, Aníbal de Castro, Ruddy L. González, Rafael Molina Morillo y Adriano Miguel Tejada, verdaderos maestros del oficio que han dejado sus huellas en el diarismo nacional.
Sus primeras notas las escribió en una vieja máquina de escribir Olimpia, mientras laboraba en Radio Antillas, emisora que transmitía el Noticiario Antillas. Más tarde pasó por redacciones emblemáticas como El Nuevo Diario, El Sol, Última Hora, El Día, Radio Mil y la revista Ahora, CDN.com.do, entre otros.
Como reportero, cubrió importantes fuentes, entre ellas el Palacio Nacional, reportando informaciones durante los mandatos de Salvador Jorge Blanco, Joaquín Balaguer (1982-1986), Leonel Fernández e Hipólito Mejía.
Su experiencia en estos escenarios le permitió conocer de cerca los entresijos del poder y desarrollar una mirada crítica y honesta.
Actualmente dirige el periódico digital https://reporteextra.com/, plataforma que refleja su visión del periodismo contemporáneo. Además, ha recopilado una serie de artículos publicados en Diario Libre bajo el título “Sin Chaleco Antibalas”, una bitácora o blog que recoge su mirada aguda sobre temas sociales y políticos.
Conserva inéditos varios cuentos y poemas escritos como ejercicios personales. Estos textos nacieron por recomendación de su profesor Alberto Malagón, quien insistía en que sus alumnos leyeran al final del día buena literatura para liberarse de la aridez de la prosa periodística. Sin embargo, Eli considera que la literatura requiere dedicación absoluta: “Es un arte demasiado serio y creativo como para abordarlo de forma ocasional”, afirma.
Originario de San Pedro de Macorís y descendiente de cocolos, migrantes de las Antillas Menores que vinieron al país a trabajar como técnicos de la industria azucarera y cuyos descendientes quemaron las naves y hoy defienden esta media isla con la misma pasión que los febreristas de 1844.
Su madre le recuerda constantemente que nació en la calle Doctor Tío —conocida también como la calle de los rieles—, por donde pasaba la máquina arrastrando vagones llenos de cañas rumbo al ingenio Porvenir.
Cada vez que regresa a su ciudad natal, visita el vetusto barrio de Miramar, donde vivieron sus ancestros. Como buen petromacorisano es fanático de las Estrellas Orientales.
Se crió en Villa Francisca, en el Distrito Nacional, barrio que en su infancia, que fue uno de los más apacible y bello de la capital. Hoy, lamenta que se haya convertido en una gigantesca terminal de autobuses y en un caótico centro comercial en el que no puede volver a jugar pelota en las calles Ravelo o Juana Saltitopa, ni correr tras los diablos cojuelos o la “muerte en yipe” en el parque Enriquillo en época de carnaval.
Eli Heiliger, ejecutor de un periodismo sin chaleco antibalas, es un profesional comprometido con la ética, la responsabilidad, lo correcto y ferviente en llamar a las cosas tal cual