Sábado del Recuerdo: Anécdotas de Léster McKenzie – La persecución de Monseñor Francisco Panal

En la foto, a la izquierda Virgilio Alvarez Pina, Trujillo, Mons. Panal y detrás Rómulo Matos.

Por Lester McKenzie

Los hechos que condujeron a la persecución de Monseñor Francisco Panal, se iniciaron el día 3 de febrero de 1960 cuando el obispo se enteró que se gestaba una protesta en La Vega contra la Carta Pastoral y advirtiera a los organizadores que serían excomulgados y a las autoridades responsables se les negaría todo oficio religioso que normalmente se ofrecía a su favor.

Pero la ruptura de este Monseñor con Trujillo sucedió el día 4 de marzo de 1961, a más de un año de la promulgación de la famosa Carta Pastoral, durante la celebración de una misa en la Catedral de La Vega a la que Trujillo asistió la cual fue oficiada por Monseñor siendo asistido por los Rvdos. Pedro Ramírez y José Agustín Ramírez y durante la ceremonia actuó el coro parroquial.

Entre los que acompañaban a Trujillo estaban R. Paíno Pichardo y Virgilio Álvarez Pina y, como guardaespaldas, Víctor Alicinio Peña Rivera, quien participara en el brutal asesinato de las Hermanas Mirabal.

Los dos últimos contaron después la tensión que imperó en toda la celebración del solemne tedeum. Durante la homilía Mons. Panal dijo: “Permitidme, Amado Jefe, que en la intimidad con nuestro Dios, os cuente, de amigo a amigo, mis penas más íntimas, que en esta ocasión son tan hondas y amargas como no las he sufrido en el pasado, ni creo que las pueda pasar más intensas en lo futuro”. Agregó que estimaba que el “querido Jefe” no estaba bien enterado, “al menos minuciosamente», de la abominable campaña atea, anticlerical, antisocial, antitrujillista perfecta y comunista pura, que se llevaba a cabo por la radio y la prensa en la forma más sacrílega e impía”. “Si vos lo ignoráis, yo os lo informo. Las cárceles están llenas de prisioneros políticos que son torturados a diario«.

El pueblo dominicano padece de hambre. Numerosas familias carecen de alojamiento y viven en la miseria. Si mis palabras deben causar víctimas, estoy listo para ser la primera”.  Terminó pidiendo vivas para la iglesia católica, el Romano Pontífice, la jerarquía eclesiástica dominicana, el pueblo y el clero católicos, lo divino y lo sagrado, esperando que los templos se liberaran de toda execración. Entonces le dio la bienvenida a Trujillo.

Peña Rivera cuenta que en un momento del acto religioso, durante la consagración, Panal pidió a todos que se arrodillaran y le obedecieron, menos el “Benefactor” como expresión de protesta. Panal esperaba y Trujillo permanecía de pie, hasta que Álvarez Pina le tocó en el hombro y el “Perínclito” se hincó.

La misa estaba siendo transmitida por radio a toda la nación y las inesperadas palabras hicieron que el técnico interrumpiera el discurso muy tarde para evitar que el mensaje saliera al aire. Panal continuó la lucha con una Carta Pastoral para ser leída en todas las Iglesias de su diócesis el día 26 de marzo en la cual cuestionaba la política del régimen hacia la Iglesia y las persecuciones contra el pueblo.

Previamente, el domingo 12 de marzo, Tomás  O’Reilly se unió a los enfrentamientos iniciados por Francisco Panal con una Carta Pastoral para ser leída en todas las misas en la Catedral de San Juan de la Maguana, recordándoles a sus fieles que “no están llamados a servir a Cristo en el espíritu de cobardía”.

El contra ataque no se hizo esperar y el 7 de abril de 1961 los periódicos La Nación y El Caribe publicaron el artículo titulado “Descubren Complot Terrorista Auspicia Monseñor O’Reilly (sic) contra Gobierno Dominicano”.
Muchos soldados fueron trasladados de la Capital a San Juan, vestidos de campesinos y en una manifestación unas 10,000 personas vociferaron slogans anti-yankees, pero también gritaban “a la horca”, “al paredón”, “muerte a los curas”.

El jueves 13 de abril de 1961 los paleros atacaron la Casa Curial en la calle Trinitaria esq. Duarte en San Juan de la Maguana intentando asesinar a Monseñor O’Reilly sin lograr su objetivo.

Turbas de bandidos, organizados por sicarios del régimen vociferaban palabras obscenas tanto en la puerta de la iglesia como en los frentes de la residencia de Mons. O’Reilly, al extremo de tratar de incendiarla sin lograrlo, pero la saquearon.

En La Vega grupos de prostitutas borrachas, traídas de otros pueblos, interrumpían los oficios religiosos dentro de la catedral acompañadas por la música de un perico ripiao,  los vehículos de los sacerdotes desaparecían misteriosamente para luego aparecer por los frentes de reconocidos prostíbulos y casas de citas de la ciudad, y el martes 18 de abril los paleros de Petán quisieron llegar a la Casa Curial en la calle Mella, frente a la clínica del Dr. Julito Espaillat con la misma intención, sin poder cristalizar su objetivo ya que el pueblo prácticamente bloqueo la calle, pero lograron incendiar la casa del Padre Henríquez en la García Godoy esq. 18 de Abril.

En ambas ciudades hubo muchos prisioneros con la consiguiente atmósfera de inseguridad de parte de la población.

El próximo sábado concluiremos estas entregas con una publicación sobre Trujillo y su relación con la Iglesia Católica.

¡Ohhh Vega de mis recuerdos!

Hasta una próxima entrega sabatina.

Loading