Por Redacción 
Por Pbro. Felipe de Jesús Colón Padilla
El pasado domingo 23, la Iglesia que peregrina en la Arquidiócesis de Santiago, ha celebrado la solemnidad de Jesucristo Rey del Universo, en el marco del “Mes de la Familia”, fue una verdadera expresión de fe, de grito de esperanza, al caminar juntos y dar “un nuevo paso por la familia”.
La convocatoria inició con una caminata desde los alrededores del Estadio Cibao, hasta llegar al parque central de Santiago de los Caballeros, los caminantes fueron recibidos al compás de la música y el canto. A la hora prevista inicio la procesión con el señor arzobispo Monseñor Héctor Rafael Rodríguez, el Obispo auxiliar Monseñor Andrés Amaury Rosario, el Obispo emérito de la Diócesis de la Altagracia Monseñor Nicanor Rodríguez, sacerdotes venidos de todas las parroquias de la arquidiócesis, diáconos y monaguillos para dar paso a la celebración de la santa Eucaristía. El coro arquidiocesano animó con sus cantos la Eucaristía, como maestro de ceremonia, guiando cada paso de la celebración el joven Amaury Rodríguez.
En dicha actividad asistió la vice presidenta de la República Raquel Peña, el señor alcalde Ulises Rodríguez, la gobernadora de Santiago la señora Rosa Santos, Daniel Rivera, Senador de Santiago, Eduardo Estrella, Ministro de Obras Públicas, Autoridades civiles y militares.
El lema de este año rezaba así: “Con Esperanza hacia la Pascua”. Dos momentos claves tocaron el corazón de la asamblea eucarística: fueron claves: la homilía y el manifiesto.
Monseñor Rodríguez en su homilía resaltaba el valor y la importancia de la familia, nos decía el mitrado que la familia es esa célula fundamental de la sociedad, pequeña, pero poderosa Iglesia doméstica. No es suficiente tener virtudes humanas es necesario que
Cristo ocupe el centro de la vida de la familia, si Cristo entra todo se ordena: la vida, los afectos, las decisiones y los proyectos familiares. Una familia que reconoce a Jesucristo como Rey encuentra luz en sus conflictos, consuelo en sus pruebas, alegría en su servicio y esperanza en su camino.
El señor arzobispo citaba algunos desafíos en la que cada parroquia y la misma familia debe prestar atención, a saber: la pérdida del sentido del matrimonio como alianza estable, modelos de vida sin compromiso, la violencia y el irrespeto en el hogar, el abandono afectivo de los hijos, la infidelidad normalizada, las adicciones, ideologías que confunden la naturaleza humana y la sexualidad, el individualismo que antepone intereses personales al bien común, y los medios que promueven antivalores. A esto se suman la presión económica y el uso desordenado de la tecnología, que con frecuencia aísla, distrae y debilita la convivencia familiar. Ciertamente que reconocer estas sombras no es pesimismo, sino una llamada urgente a proteger lo que amamos.
Decía además en su homilía, que la familia debe ser fortalecida; ser educada en valores; ser preservada fuerte para beneficio de toda la sociedad. Cada hogar necesita recuperar tiempos de diálogo, de oración, de escucha mutua; necesita aprender a resolver conflictos sin agresión, a valorar la dignidad de cada miembro, a defender la vida desde su inicio hasta su fin natural, a vivir la fe de manera viva y coherente.
Finalmente fue oportuno el manifiesto, que expresaba en representación de la Pastoral Familiar: el señor Juan Cruz Helena, su esposa, la señora Idalia Brito, y sus dos hijos: “expresamos nuestra profunda preocupación, consternación y rechazo ante la decisión del Tribunal Constitucional, contenida en la sentencia TC/1225/25, que elimina las sanciones que penalizaban las relaciones consensuadas entre personas del mismo sexo dentro de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas de la República Dominicana. Argumentaba, además, que la antropología del pueblo dominicano, su cultura, sus valores éticos y morales, y las raíces que han dado cohesión a nuestra identidad como nación, no admiten tales disposiciones dentro de los cuerpos castrenses. Felicitamos en la persona del Reverendo Padre Pedro Pablo Carvajal, Asesor de Pastoral Familiar y al Equipo organizador. Que Cristo continúe reinando en cada hogar del pueblo dominicano.
