Por Mark Rumors
Una vez llegaron a las oficinas del FBI, Löwenthal fue mandado a llamar inmediatamente al despacho de su superior, mientras Martínez se dirigió a la sala de interrogatorios con la fémina de origen hondureño.
El Detective Patrick Löwenthal era un agente de campo conocido por su rapidez analítica y persistencia. Es además meticuloso, calculador y resiliente. Con honores académicos y un talento especial para la perfilación criminal, Löwenthal encarna la razón fría, la disciplina y la capacidad de resolver casos complejos sin concesiones. Su superior lo sabía, pero había que recordar quién está al mando.
-Señor, me informaron quería verme
-Así es Detective Löwenthal. Siéntese por favor
-Gracias señor
-Iré al grano directamente. Lo de hoy fue algo inesperado. ¿Por qué autorizaste a tu pupilo a entrar en acción sin antes recibir mi autorización?
-Señor, asumo toda y absoluta responsabilidad. La situación era crítica y nuestra participación fue automática acto seguido el agresor atacó una unidad del E.R.E prácticamente al lado del nuestro. El protocolo establece claramente que si un sospechoso comete un acto violento que implique violaciones federales más amplias, o si el enfrentamiento escala a un tiroteo con múltiples agencias federales, el FBI interviene. Anexo está el hecho de que la agresión se trató de un acto dentro del cual habían fuerzas conjuntas y tratándose de una coordinación de emergencia, asumí el liderazgo por protocolo de crisis, señor.
-Eres bien calculador Löwenthal. Páseme el reporte sobre esta explicación y resolveremos esa parte. Detective Löwenthal:
-¿Sí señor?
-Su intuición es bastante buena, pero no deje que ésta interfiera en la línea de mando. Aún la situación le validaba entrar en acción, su deber era esperar mis órdenes. ¿Le quedó claro?
-Sí Señor Director Bosworth. Estoy al tanto y consciente de que usted es el Director Asistente a Cargo y por consiguiente, mi superior inmediato.
-Bien. Puede retirarse. Creo que después de todo, su elección con el tirador como pupilo, fue acertada. Recuerde que tenemos un caso que resolver. La información de esa mujer es de capital importancia
-Sí, señor y…
-¿Pasa algo Detective, Löwenthal?
-La persona de interés, usted sabe, protocolarmente le informamos…
-¡Al grano Detective Löwenthal! ¡Suficiente presión tengo sobre mis hombros con este caso! ¡Si su testimonio vale, la protegeremos. Si no, usted sabe muy bien que la deportarán! ¡Ahora vaya y resuelva este caso que no podremos contener la información mucho tiempo antes que alguien abra la boca, lo filtre a la prensa y eso ejerza más presión sobre mi!
-¡Sí, Señor Director Bosworth!
El Detective Löwenthal se retiró a sabiendas que esas «promesas» son parte del proceder por razones operativas y que la «ayuda» no era sinónimo de inmunidad automática, aunque podría traducirse en un beneficio temporal o protección condicionada.
-¿Todo bien, Detective Löwenthal?, preguntó Martinez
-Sí, sí, por supuesto. Procedamos inmediatamente con el interrogatorio. ¿Le ofreciste algo de tomar o comer a la Srta. Flores?
-Sí, pero está un poco inquieta. Puedo ir por algo para nosotros. ¿Le parece?
-Sí. Un café cargado estaría bien, Martinez
-¡Que sean dos, el mío no cargado, el suyo sí y algo de comer!
-Ese Martinez es todo un espectáculo, ¿no lo cree así Srta. Flores?
-Sí, es una grata persona realmente. Llámeme María José, por favor
-Muy bien Srta. María José. Le prometí que le ayudaría con su caso si su cooperación es de utilidad para esta investigación. Recuerde que hubo un asesinato y debemos dar con el responsable. Trate de ser lo más sincera y precisa con su declaración, por favor
-Sí, señor..
-Seré claro con usted: Si coopera plenamente con nosotros, podemos recomendar que no se tomen medidas migratorias inmediatas en su contra. Podemos solicitar al Departamento de Justicia o a Investigaciones de Seguridad Nacional que emitan una suspensión de deportación temporal
-Le agradezco mucho señor…mi familia en Honduras depende de mí con lo poco que obtengo y les envío por remesas. Usted pregúnteme y yo responderé lo que sé
-¡Esa es la actitud Srta. María José! Por ahora necesito que se relaje ya que usted estará en libertad bajo supervisión hasta que se determine qué se hará en su caso. Es importante que sepa y le repito, el FBI no deporta personas, pero sí puede remitir el caso a las autoridades correspondientes
En eso retorna Martínez con cara de buenos amigos y una bandeja con una jugosa hamburguesa, dos cafés, un vaso de jugo y otro de agua.
-Su café cargado o lo que sea signifique eso, Detective Löwenthal, agua y jugo para la Srta. Flores y el resto para este servidor…
-Gracias Martinez. Comencemos con esto inmediatamente, María José: Según la conversación entre usted y la víctima, hubo un desacuerdo la mañana del día del crimen. ¿Qué pasó exactamente?
-Nos volvimos a pelear. La señorita quería que le acompañara esa noche a una de sus fiestas. Me negué porque sé que no pertenezco a ese ambiente. Lo mío es trabajar y ayudar a mi madre y mi hija en Honduras
-Entonces ¿Qué pasó después?
-Ella me reprochó que quería ayudarme y yo rechazaba su ayuda. También comentó sobre las propinas que me daba en ese sentido y que lo único que quería era brindarme una oportunidad. Como le dije, le agradecí, pero me negué
-¿Y qué más pasó María José?
-Ella me dijo que al menos le hiciera un favor ya que me negaba a acompañarla
-¿Qué favor en concreto?
-Me dijo que necesitaría un teléfono provisional, de esos desechables porque el suyo tenía que actualizarle el software y no podía quedarse incomunicada. Le dije que sí que la ayudaría en ese sentido
Martinez y Löwenthal se miraron brevemente con entusiasmo
-¿Dónde usted compró el desechable?
-En una tienda de teléfonos móviles que está en el mismo centro comercial donde trabajo en un salón y ella se atiende conmigo
-¿Usted pagó en efectivo?
-Sí, por expresas instrucciones de ella. Me dio USD$100 dólares. No tenia idea del precio. Jamás he usado un aparato de esos. En fin, costó USD$20 dólares. Al retornar me dijo que me quedara el restante
-Muy bien Srta. María José. Gracias por su cooperación. ¿Algo más que recuerde al respecto?
-Bueno ella lo activó inmediatamente y la sentí muy entusiasmada, como con deseos de llamar a alguien, pero lo introdujo en su cartera y lo que supe después fue su trágica muerte…
-Gracias nuevamente Srta. María José. Martinez le llevará donde una joven que le dará instrucciones respecto a qué hacer a partir de ahora. No se preocupe. Usted podrá seguir en su trabajo y bajo supervisión nuestra
Martinez llevó a la joven y regresó en un abrir y cerrar de ojos para notificarle al Detective Löwenthal que previo al interrogatorio, mientras estaba en el despacho del superior, recibió una llamada positiva de la Autoridad de Tránsito del Área Metropolitana de Washington sobre autorización de rastreo del desplazamiento del deportivo de la víctima vía GPS.
Eso les daría también acceso inmediato a pietaje audiovisual del vehículo mientras estuvo en movimiento captado en la ruta por cámaras de vigilancia.
-¡Excelente, Martínez! ¡Marca al encargado de la Autoridad de Tránsito del Área Metropolitana de Washington ya mismo!
Martinez hizo lo propio y con instrucción de Löwenthal accionó el teléfono en alta voz.
-Saludos nuevamente Detective Löwenthal. Con la información del movimiento en GPS, realizamos el cuadrante completo de desplazamiento del vehículo señalado. La persona no hizo un recorrido muy amplio realmente. El vehículo salió de una lujosa área residencial en Dupont Circle y se dirigió al barrio de Clarendon en Arlington, Virginia. Hablamos de un recorrido relativamente corto: Alrededor de unos 15 minutos por el Arlington Memorial Bridge sobre el río Potomac, Detective Löwenthal
-Bastante útil su ayuda. El enfoque ahora será verificar el momento que la persona hace una breve parada en el área que suponemos arrojó el celular desechable que permitirá el rastreo del sospechoso
-No será problema. De hecho hay una parada efectivamente corta en un área de intersección vehicular. Lo ideal es que usted venga a nuestras instalaciones, Detective Löwenthal y así ver el pietaje
-¡Vamos en camino ya mismo!
Sin tiempo que perder, ambos detectives llegaron con rapidez al lugar, donde eran esperados por el encargado de la Autoridad de Tránsito del Área Metropolitana de Washington.
Tras los saludos formales, los detectives fueron llevados a un área en donde se visualizaba un enorme panel, tanto vertical como horizontal, a base de múltiples pantallas.
-Bien. Tal cual le adelanté por teléfono previamente Detective Löwenthal, la persona se adentró aquí, mire, Wilson Boulevard: Es la calle comercial principal de Clarendon. De hecho, la mayor concentración de bares, restaurantes, cafés y tiendas se organiza a lo largo y alrededor de ella. Es un eje peatonal por excelencia. La Clarendon Metro queda a pocos pasos de Wilson Blvd, el vehículo se detiene. Como puede ver, la persona se parqueó y se ve más adelante. Espere. Ok. La persona caminó hasta lo que parece ser un área de carga y descargue de residuos sólidos. Si se fija bien luce similar a un contenedor
-¿Cómo se llaman esas calles secundarias ahí?
-La Clarendon Blvd y esas son las avenidas perpendiculares donde hay residencias que cruzan la Wilson
-¿Tiene visibilidad en esa área específicamente? Queremos un radio amplio ya que se pierde visualmente la caminata de la víctima
-Señor, tengo otra perspectiva del área, interviene un empleado
En esa parte hay arterias menores donde hay estacionamientos, contenedores de basura y pequeñas áreas de parqueo ubicadas justo detrás de los negocios. En Clarendon es común que los contenedores estén discretamente ubicados en accesos traseros o en pequeñas islas de basura frente a establecimientos comerciales
-¿Estás tomando nota, Martinez?
-¡Sí señor!
-Entonces en el área de carga y acceso que nos mostró posterior que corre paralela a Wilson Blvd, entre la avenida principal y la calle trasera o lote de estacionamiento. ¿Es allí donde suelen ubicarse contenedores de basura urbanos, pequeños lotes o isletas de desperdicios y espacios para carga/descarga?, preguntó Löwenthal
-Sí Detective Löwenthal y en mi opinión particular, luce el lugar ideal para botar algún objeto sin llamar la atención debido a la naturaleza de dicha área, expresó el titular de la entidad.
-¡Excelente! ¿Es posible obtener imágenes de esa área específica por un tiempo determinado en minutos quizás o una franja horaria?
-¡Sí, claro! Usted indíquenos la franja horaria y analizaremos si alguien se acerca a recoger algo
-¿Tomará mucho tiempo y disculpe la premura?
-Permítame, Detective Löwenthal, dice el titular y mira al empleado que previamente sugirió una idea
-Podría señor centrarme en la franja horaria y verificar al respecto. Pienso que en unos 45 minutos o una hora podría dar alguna respuesta al detective
-¡Muy bien! Estaremos en contacto dentro de una hora. Mi compañero y yo iremos directo al área tentativa donde caminó la víctima y con suerte, hallaremos ese aparato
-¡Un gusto asistirle Detective Löwenthal y estamos a sus órdenes aquí para lo que usted entienda podamos serle útil!
Löwenthal y Martínez salieron presurosos del lugar con la esperanza de que esa pieza sería clave para dar un salto mayúsculo en el rompecabezas del caso. Al llegar donde estaba el Dodge Charger Pursuit, Löwenthal le pregunta a su compañero:
-Martinez: ¿Crees en la retribución?
-¡Por supuesto, Detective Löwenthal! Un acto digno es merecedor de ser premiado
-Entonces, tú manejas esta vez. Sé que deseabas sentir el poder detrás del volante en esta máquina. Además estoy extenuado, respondió Löwenthal arrojándole las llaves
-¡Gracias Detective Löwenthal! ¡Imposible negarme ante esta oportunidad!
-Maneja con cuidado. Es un trayecto de 20 minutos máximo el tiempo en llegar a nuestro destino. Además te ganaste ese privilegio con tu accionar en el edificio ante ese lunático. ¡Ah y por favor, Martínez, no enciendas las luces de centella!
-¡Sólo aférrese al cinturón, Detective Löwenthal!
El trayecto vehicular se tornó más exiguo de lo planificado ya que en momentos donde podía haber potenciales tapones, Martinez hacía uso de las centellas policiales y por defecto, de las sirenas, muy a pesar de la solicitud previamente hecha por Löwenthal.
Después del evento acontecido en la búsqueda de la joven hondureña, el acercamiento entre ambos comenzó a dar indicios de avance. La línea invisible que trazó Löwenthal estableciendo quién mandaba, no se desvaneció, pero sí mostró áreas de acceso concedido.
Al llegar al área señalada, la actividad económica se percibía desde lejos. El bullicio citadino y el combustible flujo peatonal de personas detrás de entretenimiento, minaba la avenida Wilson Boulevard en ambos extremos.
La idea era dirigirse hasta donde quedaba la estación Clarendon Metro y de allí, ubicar dónde existe un área de estacionamiento y cercano a éste, el lugar destinado a colocar contenedores de basura.
Tal cual se especuló, había un área con varios contenedores urbanos y basura apilada, así como espacios para carga y descarga.
Un sexagenario anciano con aspecto desaliñado, pero con vestigios de buena ropa, estaba entre los desperdicios hurgando con rapidez, como si supiera lo que buscaba. Elevó su mirada ante la llegada del Dodge Charger Pursuit, pero hizo caso omiso y siguió en lo suyo.
Los detectives Löwenthal y Martínez deciden parquearse e interrogar al aparente sin hogar.
-Déjeme hacer esto, Martínez, expresa Löwenthal, a lo que su compañero accede sin cuestionar.
-Buenas noches, señor. Al parecer tiene mucho trabajo…
-¡¿Acaso te mandó por mí Sabine?!, respondió enérgico el anciano con marcado acento alemán
¡¿Es usted alemán, señor?!, preguntó Löwenthal totalmente sorprendido
-Más puro que usted. Eso puedo asegurárselo. Vine a este país después de la guerra. En búsqueda de una oportunidad. Luego Sabine se casó y todo cambió, respondió el anciano buscando de manera indistinta en los desperdicios, sin mirarle al rostro.
Su acento me hace saber que sí. Soy de tercera generación. Obviamente nací aquí. Disculpe que lo interrumpa, pero ¿qué apellido es Sabine?
-¡Ahora lleva el de su bastardo esposo! ¡Perdió el mío! ¡Parece que ignora el que lleva ahora es prestado! ¡Es una malagradecida!
-Lamento mucho escuchar eso señor y que Sabine haya decidido buscar otra persona…
-¡Es mi hija! ¡Sabine Müller es mi hija! Mi mujer murió después de los ataques. Fue cuando enviudé y decidí salir de Alemania… ¡¿No me cree?! ¡Mire!, le mostró el sexagenario a Löwenthal una funda transparente llena de lo que parecía ser documentos y recibos.
-¡Debería hacer gala ahora de sus desechables guantes de nitrilo, Detective Löwenthal!, vociferó Martinez desde el vehículo.
-¡Estupenda idea! Supongo que si sabías los usaríamos en este lugar, ¿cierto, Martinez? Ya que los mencionaste, pónte los tuyos y tráeme los míos
Martínez accedió y rápidamente salió del vehículo con sus guantes puestos y los de su compañero en un envoltura plástica.
-Aquí tiene, señor!
-Muy bien. Discúlpeme señor. Voy a revisar el contenido en la funda
-¡Hágalo! ¡Estaré en la calle, pero no soy ningún loco o delincuente!
-Nadie ha dicho eso, señor. No se inquiete
La bolsa tenía múltiples recibos de envíos de remesas, una identificación personal y cartas en alemán junto a varias tarjetas postales sin fecha y escritos con imágenes de lugares turísticos en Alemania.
Löwenthal tomó la identificación y se la pasó a Martinez para validar información sobre el sexagenario. Martinez retornó al carro y llamó a la central para indagar información sobre Sabine Müller y el señor Noah Müller.
Mientras tanto, el sexagenario continuaba su aparente búsqueda al azar, lo que llamó la atención de Löwenthal por su persistencia.
-¿Qué busca con tanto afán? Desde que llegamos y le vimos, está en eso y no parece estar aquí. Si le parece bien, le puedo ayudar Sr. Müller
Löwenthal no recibe respuesta y el anciano sigue frenéticamente su búsqueda con actitud enfocada.
-¿Detective Löwenthal? ¿Puede acercarse, por favor?, vocifera Martinez
-Usted siga en lo suyo. Iré al vehículo a buscarle sus cosas y le prometo dejarlo en paz, señor, le dice Löwenthal al sexagenario y se dirige al vehículo en el acto.
-¿Qué tenemos, Martinez?
-Hay una denuncia de desaparición a nombre de nuestro aparente indigente emitida por el Sistema Nacional de Personas Desaparecidas y No Identificadas una vez la Srta. Sabine Müller presentó la denuncia desde Leavenworth hace exactamente seis semanas. La información es validada por nuestra unidad del Programa de Detención de Delincuentes Violentos
-Pídele entonces a los de nuestra unidad que se presenten al lugar. Al menos habremos resuelto un caso, mientras indagamos sobre otro
En eso Martinez le pasa el teléfono móvil a Löwenthal
-Es de la Autoridad de Tránsito del Área Metropolitana de Washington, señor
-Gracias, Martinez. ¡Hola! ¡Dígame que tenemos buenas noticias!
-Posiblemente Detective Löwenthal. Hay imágenes posteriores a la persona haber transitado por el lugar indicado y la única persona que fue y volvió en tres ocasiones fue un indigente, señor
-¡¿Pueden enviarme una imagen maximizada de esa persona?!
En eso y con cara de felicidad el sexagenario le vocifera a Löwenthal:
-¡Lo encontré! ¡Mire! ¡Le dije que no estaba loco!, exclamó el anciano mientras sostenía un celular en su mano izquierda
Martinez miró expectante a Löwenthal mientras éste se acercaba decidido al sexagenario
-¡Fantástico Sr. Müller! ¡Hubo un reporte de pérdida de un teléfono y precisamente por eso estábamos aquí!
-¡Se lo daré si me promete no llamar a mi hija Sabine!
-¡No se preocupe! ¡No la llamaremos, Sr. Müller!, respondió Löwenthal al quitarle sigilosamente el celular al anciano, mirar en su móvil la imagen coincidente con el aspecto del reportado como desaparecido y decirle en voz alta a su compañero:
¡¡Será un eggburger doble, Martinez!!
©The Pop Killer, 2025 Marcos Sánchez. Todos los derechos reservados.
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