Reacciones del público en el funeral de Trujillo en San Cristóbal.

Por Lester McKenzie

Continúa narrando el autor:
«Según los informes que nos fueron suministrados por el propio chofer De la Cruz, iban en ruta normal cuando después de haber pasado la Feria Ganadera advirtió por el espejo que venía un carro un poco de prisa y cuando estaban ya en una zona de poca iluminación aumentó más la velocidad y cuando estuvieron paralelos a ellos, sus ocupantes les hicieron múltiples descargas de balas, el vehículo continuó y pudo notar que más adelante había otro carro estacionado, entonces se dirigió al Generalísimo y le sugirió devolverse, lo cual podían hacer sin dificultad por lo ancho de la avenida y regresar a la ciudad, pero éste le contestó: «NO, ESTOY HERIDO. PARA, TOMA TU AMETRALLADORA Y VAMOS A PELEAR», por lo tanto el Capitán De la Cruz detuvo el automóvil y de inmediato ambos lo abandonaron.

Trujillo con un revólver y el Capitán De la Cruz con ametralladora; notaron que salieron algunas personas de los carros que estaban delante y comenzaron a disparar y ellos le contestaron hasta que De la Cruz perdió el conocimiento a consecuencia de las heridas recibidas, una de ellas en la región anterior de la cabeza, no penetrante y otra que le fracturó los huesos de una pierna.

Expresó el Capitán De la Cruz que cuando se recobró el Generalísimo no estaba en el lugar de los hechos y únicamente pudo observar el kepis en el suelo y se arrastro con grandes esfuerzos hasta una verja próxima donde fue recogido mas tarde y llevado al entonces Hospital Militar Profesor Marion».

«Esa misma noche, poco después de las diez, me vi con el Sr. Luis Méndez quien me informó que parecía que estaba ocurriendo algo anormal en el Hospital Marion, circunstancia por la cual, acompañado del Sr. Méndez, nos dirigimos al señalado Hospital el cual estaba prácticamente rodeado por militares y cuando quisimos detenernos, nos dieron instrucciones de continuar.

Continuamos hasta la residencia del Sr. Virgilio Alvarez Pina, quien nos manifestó haber recibido una llamada telefónica en que le informaban que el Generalísimo Trujillo había sido victima de un atentado, pero no tenia detalles.

Fuimos a la residencia de Trujillo en la calle Cesar Nicolás Penson y los militares de servicio en la puerta nos informaron que la esposa de Trujillo, doña María Martínez de Trujillo, había salido momentos antes. Continuamos nuestro recorrido y pasamos por la residencia de Héctor. B. Trujillo, hermano menor del Generalísimo, pero no advertimos ninguna anormalidad.

Continuamos hasta el Cuartel General de la Policía en la calle Leopoldo Navarro y tanto en ese centro como en el Destacamento Militar que estaba en frente, todo aparentaba verdadera tranquilidad».

«Resolvimos volver al Hospital Militar y allí fuimos informados de que al chofer de Trujillo lo habían llevado herido de bala y había declarado que habían sido violentamente atacados por ráfagas de bala a consecuencia de lo cual al ser herido perdió el conocimiento y cuando se recobró se encontró completamente solo, circunstancia por la cual suponía que al Jefe se lo habían llevado pero no estaba seguro de que por lo menos estaba herido.

Con estos datos tanto nosotros como nuestros acompañantes nos dirigimos hacia al Fortaleza Ozama donde estaban en actitud de alerta y habían algunos funcionarios del Gobierno, entre ellos recordamos a Mario Alvarez Penzo, y los Generales Luis Trujillo Reynoso y Federico Fiallo; ninguno de ellos sabia lo que estaba pasando y suponían, según nos expresaron que se trataba de una invasión por el Central Rio Haina.

Resolvimos continuar hasta la Fortaleza 18 de Junio situada en la margen oriental del Rio Ozama y ahí se nos incorporo el Sr. Rafael Paíno Pichardo. Al llegar a ese Centro Militar, el Sr. Alvarez Pina pregunto al oficial de servicio si el Generalísimo Héctor B. Trujillo había estado ahí y le contestó que no; que había estado el General Román y que el General Sánchez hijo estaba en sus habitaciones a la vez que informaron que el General Román había salido para el Palacio Nacional de donde había sido llamado».

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