Redacción Exposición Mediática.- A finales de la década de 1970, mientras Japón expandía su influencia cultural a través de la animación y el cine, un drama televisivo llamó la atención dentro y fuera de Asia: Saiyūki (Monkey en su distribución internacional y Mako: El Súper Simio en Latinoamérica). Basada en la novela clásica china Viaje al Oeste de Wu Cheng’en, la serie mezclaba aventura, humor, misticismo y artes marciales, logrando que millones de espectadores se acercaran a uno de los textos más importantes de la literatura oriental, pero desde la óptica de la televisión popular japonesa.
Contexto histórico y cultural
Viaje al Oeste, publicado en el siglo XVI, narra el peregrinaje del monje Xuanzang (Tripitaka en la novela) hacia la India en busca de sutras budistas, acompañado por tres discípulos: el rey mono Sun Wukong, el cerdo Zhu Bajie y el monje de río Sha Wujing. La historia, rica en simbolismo religioso, budista y taoísta, fue reinterpretada una y otra vez en la cultura asiática.
La versión televisiva Saiyūki fue producida entre 1978 y 1980 por Nippon Television e International Television Films, con locaciones en el noroeste de China y Mongolia Interior, lo que le dio una autenticidad visual que otras adaptaciones carecían.
La serie constó de dos temporadas (52 episodios en total) y fue un fenómeno en Japón, llegando después a Europa (como Monkey) y a América Latina (como Mako: El Súper Simio).
En Hispanoamérica, transmitida en varios países durante los años 80, adquirió un aire exótico y casi surrealista, pues el público la recibía sin mayor referencia sobre su trasfondo cultural, convirtiéndola en un recuerdo de infancia cargado de nostalgia televisiva.
Producción y estilo visual
La puesta en escena de Saiyūki se caracterizaba por un tono colorido, teatral y casi carnavalesco, con vestuarios llamativos, maquillaje exagerado y un estilo narrativo que alternaba entre lo solemne y lo paródico.
El papel central de Sun Wukong / Mako fue interpretado por Masaaki Sakai, quien imprimió al personaje un carisma travieso y rebelde, con gran influencia del kabuki y del teatro popular japonés. Junto a él estaban:
Tripitaka (Xuanzang): interpretado por la actriz Masako Natsume, quien encarnaba al monje con una espiritualidad luminosa.
Zhu Bajie (Pigsy): rol cómico y grotesco, mezcla de glotonería y nobleza.
Sha Wujing (Sandy): sobrio y sereno, equilibrio frente a las excentricidades de sus compañeros.
La música también jugó un papel esencial. La canción de apertura, “Monkey Magic” de la banda Godiego, se convirtió en un himno cultural en Japón y Reino Unido, donde la serie alcanzó notable éxito.
Filosofía y mirada simbólica
Aunque presentada como entretenimiento ligero, Saiyūki conservaba capas de profundidad simbólica. El viaje espiritual hacia la India se entendía como metáfora del camino del ser humano hacia la iluminación, donde cada personaje representaba una faceta de la condición humana:
El Mono (rebeldía y deseo de poder).
El Cerdo (apetitos y placeres terrenales).
El Monje del río (resistencia y disciplina).
El Maestro Tripitaka (la guía espiritual).
La adaptación japonesa suavizó muchas de las complejidades religiosas de la novela, pero mantuvo un trasfondo moral: la lucha constante entre el ego, los instintos y la necesidad de alcanzar un equilibrio trascendental.
Recepción internacional
En Japón, Saiyūki fue un éxito inmediato, pero su impacto más curioso ocurrió en Latinoamérica y Europa. En países hispanohablantes, transmitida como Mako: El Súper Simio, se convirtió en parte de la memoria televisiva de los años 80, compartiendo espacio con otros programas orientales como Ultraman, Mazinger Z o Heidi.
En Reino Unido y Australia, difundida simplemente como Monkey, alcanzó estatus de culto, al punto de influir en obras posteriores como la ópera contemporánea Monkey: Journey to the West (2007), dirigida por Chen Shi-Zheng con música de Damon Albarn y Jamie Hewlett (creadores de Gorillaz).
Legado cultural
El legado de Saiyūki es múltiple:
Puente cultural: acercó al público occidental a la mitología china a través del filtro japonés.
Influencia en medios posteriores: animes como Dragon Ball de Akira Toriyama se inspiraron directamente en la figura de Sun Wukong.
Nostalgia televisiva: para varias generaciones, Mako o Monkey representó el exotismo televisivo de los 80, un tiempo en que Oriente aparecía como un universo misterioso y fascinante.
Reflexión
Hoy, revisitar Mako: El Súper Simio es redescubrir no solo un entretenimiento vintage, sino también un espejo cultural: un relato que traduce un clásico chino a la sensibilidad japonesa de los 70, y que viaja después a occidente, transformándose según cada público.
Más allá de la estética kitsch, la serie sigue recordando la vigencia de la pregunta esencial de Viaje al Oeste:
¿cómo avanzar en el camino espiritual en medio de nuestras pasiones, miedos y contradicciones humanas?
Quizá por eso, en la memoria de quienes lo vieron, Mako no es solo un “súper simio”, sino una metáfora del eterno viaje hacia la comprensión de uno mismo.