Benito Martínez (Bad Bunny) en imagen de su cuenta oficial en Spotify.

Redacción Exposición Mediática.- Ante todo, lo primordial que debemos establecer es que Benito Antonio Martínez Ocasio (Vega Baja, 10 de marzo de 1994), conocido artísticamente como Bad Bunny, es un cantante, compositor y productor discográfico puertorrqueño.

Caracterizado por su entonación grave, se especializa en estilos musicales como reguetón y trap latino, aunque también ha interpretado otros géneros y estilos variados.

Orígenes y meteórica ascensión

Desde muy joven Benito Antonio Martínez Ocasio mostró inclinaciones musicales: participaba en el coro de la iglesia, escuchaba salsa, merengue y baladas gracias a su madre, y más adelante experimentó con freestyle en la secundaria.

Sus primeras canciones comenzaron a ganar atención en SoundCloud, lo que lo llevó a un contrato con Hear This Music y, eventualmente, a importantes colaboraciones como «I Like It» con Cardi B y Drake, que impulsaron su fama global.

Su discografía ha marcado hitos:

X 100pre (2018), YHLQMDLG (2020), El último tour del mundo (2020), Un verano sin ti (2022), Nadie sabe lo que va a pasar mañana (2023) y Debí tirar más fotos (2025), éste último definido por Bad Bunny como su “más puertorriqueño” e inspiró varias colaboraciones clave con artistas del Caribe.

Durante 2020–2022 fue el artista más reproducido en Spotify, consolidándose además como un símbolo cultural e innovador en la música urbana.

Trayectoria artística y alcance cultural

Más allá del éxito comercial, Bad Bunny ha redefinido los cánones del reguetón y el trap latino al incorporar elementos del punk, la bachata, el dancehall y hasta el soul. Su voz grave, su estilo andrógino, su estética arriesgada y su activismo en defensa de la comunidad LGBTQ+ y contra la violencia machista (como en «Yo perreo sola» o su camiseta en apoyo a Alexa Negrón) lo han convertido en un símbolo cultural reivindicativo.

Su impacto va más allá de la música: ha sido parte de la WWE, protagonista de portadas históricas de revistas como Rolling Stone y Time (en español), y una referencia constante en debates sobre masculinidad, identidad y migración.

Yale University: un curso a su nombre

En otoño de 2025, la Universidad de Yale lanzará el curso “Bad Bunny: Musical Aesthetics and Politics”, impartido por el profesor Albert Laguna, especialista en American Studies y Migración Étnica y Racial.

Este curso no es un homenaje superficial: utiliza la música de Bad Bunny como lente para estudiar temas como:

• La historia colonial de Puerto Rico y su relación con EE. UU.

• La diáspora puertorriqueña en Nueva York, identificada en canciones como “NUEVAYoL” del álbum Debí tirar más fotos.

• La evolución de formas musicales como bomba, plena, salsa y reguetón como vehículos de identidad colectiva y resistencia cultural.

Fue precisamente la escucha repetida de este último álbum durante un paseo por Nueva Orleans lo que inspiró a Laguna a estructurar el programa académico.

Estructura y enfoque del curso académico

La propuesta académica analiza:

Estética: cómo los ritmos y letras de Bad Bunny reflejan y resignifican tradiciones caribeñas en clave urbana.

Historia social: Puerto Rico, neocolonialismo, migración y resistencia cultural a través de la música.

Política: activismo derivado de su música, imágenes públicas y contenidos visuales.

No es una clase sobre fandom: se espera que los estudiantes desarmen canciones, contextualicen eventos sociales y entiendan la música como documento político y cultural.

Recepción estudiantil y relevancia cultural

Según Yale Daily News, el curso ya tenía 44 inscritos al 21 de abril de 2025, antes incluso de arrancar.

La iniciativa se enmarca en una tendencia académica a reconocer la relevancia cultural de figuras como Beyoncé, Taylor Swift o Harry Styles, pero en el caso de Bad Bunny, el enfoque es particularmente profundo, enfocado en relaciones coloniales, género, raza e identidad migrante.

¿Por qué estudiar a Bad Bunny en Yale?

• Puente entre lo popular y lo académico: se aprovecha su música para discutir temas complejos como colonialismo, raza y migración.

Relevancia contemporánea: al usar Debí tirar más fotos como texto central, el curso conecta directamente con discursos actuales y vigentes.

Diversidad musical como narrativa histórica: incluir ritmos como bomba y plena ayuda a rastrear genealogías culturales desde Puerto Rico al mundo.

Contexto y proyección del estudio
Este curso representa:

• Un reconocimiento institucional al impacto de la cultura latina en EE. UU.

• La apuesta por expandir los estudios culturales más allá de voces tradicionales.

• La legitimación académica de la música urbana como objeto de análisis riguroso.

También refuerza la relación entre arte, identidad y política en un momento donde figuras como Bad Bunny representan más que música: son símbolos de visibilidad, orgullo cultural y cambio social.

Síntesis

El fenómeno Bad Bunny trasciende la música: es una plataforma que articula arte, activismo y reflexión sobre colonialismo e identidad.

Que Yale decida examinar esta figura desde una mirada interdisciplinaria muestra cómo la cultura pop se convierte en materia legítima de análisis académico.

En tiempos donde la música urbana tiene voz global, cursos como “Bad Bunny: Musical Aesthetics and Politics” marcan un paso decisivo en reconocer la profundidad cultural detrás de lo popular.

Es la prueba de que el arte contemporáneo no solo entretiene, sino también enseña y conecta generaciones.

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