Por Dra. Ana Gómez

Es una de las tragedias más devastadoras en la historia reciente de República Dominicana. En la madrugada del 8 de abril el techo de la discoteca Jet set se desplomó y acabó con la vida de más de 225 personas, según el recuento más reciente de las autoridades.

El accidente ha conmocionado a nuestro país y el mundo y deja cada vez más preguntas. Este acontecimiento ha traído luto, dolor, ansiedad, pánico, duelo, empatia colectiva. Esta tragedia ha impactado a todo el país y el mundo, por eso vamos hablar de Duelo.

¿Qué es el duelo?

El duelo es el proceso psicológico que se produce tras una pérdida, una ausencia, una muerte o un abandono. Es diferente para cada persona. Se pueden sufrir diferentes síntomas emocionales y físicos como: ansiedad, miedo, culpa, confusión, negación, depresión, tristeza, shock emocional, etc.

El dolor por la pérdida se puede experimentar no solo por la muerte, sino cada vez que en la vida tenemos una experiencia de interrupción definitiva de algo, de pérdida, de distancia que no podrá ser cubierta.

La experiencia emocional de enfrentarse a la pérdida, es lo que llamamos elaboración del duelo, que nos conduce a la necesidad de adaptación a una nueva situación.

El duelo se trata de una herida y, por tanto, requiere de un tiempo para su cicatrización.

En general se habla de que en el proceso de duelo se distinguen varias fases, escalones que hay que superar, aunque ello no significa que en todos los casos aparezcan todos.

Fases o etapas del duelo

Negación

“No puede ser verdad”, “cómo ha podido ser”, “no es justo”… Son frases que todos reconocemos haber utilizado alguna vez. La incredulidad es la primera reacción ante un golpe de la vida. La negación es un escalón inevitable que hay que atravesar y del que finalmente hay que salir para digerir la pérdida. Negar es una manera de decirle a la realidad que espere, que todavía no estamos preparados. El impacto de la noticia es tan fuerte que dejamos de escuchar, de entender, de pensar. Puede suceder que en un primer momento el bloqueo sea tan grande que no podamos ni sentir. La negación tiene el sentido de darnos una tregua. Hay quien niega la pérdida pero también hay quien aceptando precipitadamente la crudeza de la realidad lo que en realidad trata es de negar el dolor.

Enfado

Lo primero que debemos de hacer con la rabia es reconocerla y aceptarla para poder sacarla fuera. La rabia tiene una razón de ser. Es pedir ayuda, nos impulsa a tomar otros caminos, cuando estamos en el fondo del agujero nos hace tomar impulso para salir a flote. Es un arma para la supervivencia. Toda la rabia que se queda dentro, que intentemos negar o esconder nos acabará machacando.

Miedo o depresión

La persona siente tristeza, incertidumbre ante el futuro, vacío y un profundo dolor. La persona se siente agotada y cualquier tarea se vuelve complicada. “La vida es una mierda”, “no seré feliz nunca”, “no encontraré a nadie igual” o “ya no volverá “ es lo que suele repetirse cuando la persona se está enfrentando a su dolor. Pero a pesar de que pueda pensar que esto no acabará nunca y que va a durar para siempre, la realidad es que solo desde este punto podrá volver a reconstruirse.

Aceptación

Es el último paso del duelo. Nunca es fácil aceptar que lo que se perdió se perdió y no hay vuelta atrás. Tenemos la alternativa de no aceptar pero una vez llegados aquí nos damos cuenta de que si no lo hacemos el precio a pagar es muy alto. Llegar a este punto requiere de un gran trabajo. Se trata de aceptar que las piedras que vamos encontrando en la vida también forman parte del camino.
Sentirse “uno más” es una manera de devolver el duelo a su lugar y trabajarlo como un aspecto más de la vida, de ese proceso en que reconocemos que también la pérdida forma parte de la vida, de la misma forma que perdemos juventud, relaciones, lugares, seres queridos…

A una persona que está en duelo no se le debe decir que debe sentir o actuar de determinada manera. Es importante respetar sus emociones y permitir que las exprese.

Frases que se deben evitar

«Sé fuerte» o «Resiste», «No llores»,
«No te preocupes, el tiempo lo cura todo», «Ha sido mejor así»,  «Ya ha dejado de sufrir», «Era muy mayor»
«Te veo bien», «Lo estás llevando bien»,
«Pensé que estarías peor».

Cómo apoyar a una persona en duelo

Escucharla

•Acompañarla con empatía y respeto
Ofrecerte a ayudar
•Expresar tus propios sentimientos
•Recordarle que piensas en ella
•Evitar inhibir la expresión de sus sentimientos.

Expresar empatía

«Siento mucho tu pérdida», «No estás solo/a en esto; estoy a tu lado», «Es normal sentir todas estas emociones, no te juzgues por ello».

Ofrecer apoyo

«Dime qué puedo hacer por ti», «Estoy aquí para escucharte cuando quieras hablar»,  «No hay un límite de tiempo para tu proceso de duelo, tómate todo el tiempo que necesites».

Escuchar sin juzgar.

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