Portada de la Revista Renovación.

Por Lester McKenzie

De cuando en vez y de vez en cuando cual Aladino, suelo frotar en este caso, no la lámpara sino el baúl de los recuerdos y en esta ocasión Pufffff, aparece el genio con un regalo en las manos, la edición No. 277 de la Revista Renovación de fecha 29 de Agosto de 1975 en la cual encontré un articulo, que por su alto contenido histórico y lo extenso del mismo compartiré en 5 publicaciones consecutivas del «Sábado del Recuerdo» a partir de hoy bajo el epígrafe de «Yo embalsamé el cadáver de Trujillo», al conmemorarse recientemente el 64 aniversario del ajusticiamiento del Generalísimo Doctor Rafael Leonidas Trujillo Molina, Benefactor de la Patria, Padre de la Patria Nueva y Perínclito Barón de San Cristóbal la noche del martes 30 de Mayo de 1961 cuando un grupo de valientes puso fin a 31 años de férrea dictadura.

Este es un documento de un interés histórico extraordinario, escrito por uno de los médicos que embalsamaron el cadáver del dictador Trujillo el 31 de mayo de 1961. El autor se ha reservado el nombre.

A partir de este momento a disfrutar de una lectura más que interesante y con datos poco conocidos.

YO EMBALSAME EL CADAVER DE TRUJILLO 1/5

«El día 30 de Mayo de 1961, como de costumbre, el Generalísimo Trujillo asistió a su oficina del Palacio Nacional desde muy temprano en la mañana. Su oficina estaba instalada en la segunda planta, en la parte sur-este, pero tenía por costumbre visitar con frecuencia, diariamente, el despacho del Dr. Joaquín Balaguer y no raras veces nuestro despacho que estaba frente al del Dr. Balaguer, en la parte oeste del Palacio».

«Esa mañana siendo mas o menos las nueve, Trujillo entró en nuestro despacho, y nos comentó con disgusto unas declaraciones radiadas por La Voz Dominicana, dirigida por su hermano, José Arismendy Trujillo (Petán), relacionadas con las actuaciones de la emisora Radio Caribe. Pasados algunos minutos en silencio (estábamos solos), nos manifestó que había estado en la Base Aérea de San Isidro y aprovechó su regreso para ver las construcciones de viviendas que se estaban realizando en la margen occidental del Río Ozama, en las proximidades del puente Juan Pablo Duarte. Había observado que aun existían muchas chozas en los alrededores del lugar denominado «La Destilería». Continuo diciendo: «La forma en que están viviendo estas familias lo mismo que en otros muchos barrios me descorazona». Le manifestamos que el promedio de construcciones en esa época era de dos viviendas diarias a lo cual repuso «AUN ASI SON POCAS TODAVIA» … Al despedirnos nos dijo: «MIENTRAS EXISTAN ESAS CANTIDADES DE CHOZAS Y ESAS POBRES FAMILIAS VIVAN EN LAS CONDICIONES EN QUE ESTAN VIVIENDO, NO TENDRE TRANQUILIDAD ESPIRITUAL …» y continuó, «Mañana nos veremos y hablaremos para iniciar de inmediato un manifiesto aumento en las construcciones …».

Se dirigió nuevamente al despacho del Dr. Balaguer y fue ésta la ultima vez que le vimos con vida. En la tarde no asistimos al Palacio, estuvimos trabajando como de costumbre  en nuestra POLICLINICA, pero nos informaron posteriormente que el Generalísimo estuvo toda la tarde en su despacho y luego se dirigió, mas o menos a las seis de la tarde, a su residencia».

¡Hasta la próxima entrega sabatina!

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